Los términos de la conquista
Cristóbal Colón es más que un nombre, es un símbolo generador de acontecimientos históricos que despierta la asociación de ideas. El error en el cálculo de las distancias es ya una anécdota que obligadamente refiere el historiador; su diario motivo para la lectura ávida; su tozudez un rasgo de su personalidad. Los Reyes Católicos unos insignes restauradores para el nacionalismo español; El Consejo de Indias o la Casa de Contratación son la representación institucional de un régimen monárquico relacionado con un Nuevo Mundo ignoto para la época; cristianismo, catolicismo un sustento espiritual para un continente acosado por un Renacimiento que emerge desde sus propias fronteras con nuevas propuestas; la ciencia que invade el conocimiento y la tecnología; las capacidades que genera.
En el medio de la “mar océano”, camino de las especerías se halla una masa continental estructurada de norte a sur y habitada –con certeza- desde unos quince mil años antes de Cristo. Su diversidad geográfica y humana es una realidad; lo son también su diversidad de culturas; lo es también la escasa interrelación entre sus distintos pueblos. ¿Cuáles son sus debilidades? ¿Cuáles sus fortalezas? Éstas se encuentran en la propia naturaleza humana: existen culturas admirables y –escapando del etnocentrismo europeo- una riqueza indiscutible en las comunidades precolombinas que edifican una cultura a través del tallado o el pulido de la piedra, en la exploración de los recursos de la tierra y el cuidado de animales, la extracción de la riqueza marítima por la pesca o en una representación pictográfica, la construcción del culto religioso, la observación de la naturaleza, el vínculo humano; todo ello revelador de la no mensurable riqueza del espíritu. Pequeños grupos o sociedades comunitarias que al crecer demandan orden, estructura, autoridades e –imperceptiblemente- generadoras de la diferenciación social y de las relaciones de poder. Inevitable la dominación, el ejercicio del poder, el enfrentamiento entre las diferentes comunidades. América precolombina no escapa a esa realidad.
Un encuentro entre dos culturas disímiles que genera una nueva realidad americana. Como símbolo pervive la toponimia de dos lenguas. Es un fenómeno de transculturación donde extrañamente una pretende prevalecer sobre la otra. Lo innegable es el surgimiento de una nueva cultura que puede llamarse iberoamericana, hispanoamericana, latinoamericana. ¿Cuáles son sus rasgos distintivos? Muchos. Como su diversidad.
En la presente propuesta se ha querido señalar el primer avance de la denominada Cristiandad Indiana y su cara visible en el elemento humano que genera la dinámica de la conquista, es decir, la mezcla de tres raíces raciales generadora del mestizaje indiano. Esa Cristiandad Indiana como término modelo declina con la emancipación criolla y se renueva con la general designación de cultura cristiana.
Sin duda España es uno de los actores principales como fuerza integradora, dominante, poseedora de toda iniciativa en el proceso. El otro actor principal es el múltiple pueblo precolombino, dominado, receptivo y receptor del credo cristiano,
La discusión sobre el carácter de la conquista hace emerger consideraciones de distinto signo. De todas maneras se impone una realidad que en la perspectiva histórica se ve enriquecida cuando los pueblos iberoamericanos construyen su pasado y lo incorporan a su patrimonio.
Lic. Julio Díaz