{"id":1324,"date":"2019-10-25T12:37:48","date_gmt":"2019-10-25T12:37:48","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=1324"},"modified":"2019-10-25T12:37:50","modified_gmt":"2019-10-25T12:37:50","slug":"tambien-los-ninos-son-poblacion-civil-heinrich-boll","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/tambien-los-ninos-son-poblacion-civil-heinrich-boll\/","title":{"rendered":"Tambi\u00e9n los ni\u00f1os son poblaci\u00f3n civil – Heinrich B\u00f6ll"},"content":{"rendered":"
-No puede ser -gru\u00f1\u00f3 el centinela.<\/p>\n
-\u00bfPor qu\u00e9? -pregunt\u00e9.<\/p>\n
-Porque est\u00e1 prohibido.<\/p>\n
-\u00bfPor qu\u00e9 est\u00e1 prohibido?<\/p>\n
-Porque est\u00e1 prohibido, t\u00fa, est\u00e1 prohibido que los pacientes salgan.<\/p>\n
-Pero yo -dije con orgullo- soy un herido.<\/p>\n
El centinela me contempl\u00f3 despreciativo:<\/p>\n
-Seguro que es la primera vez que te hieren, si no ya sabr\u00edas que los heridos tambi\u00e9n son pacientes, y ahora vete ya.<\/p>\n
Pero yo no pod\u00eda comprenderlo:<\/p>\n
-Enti\u00e9ndeme -le dije-, solo quiero comprarle pasteles a la ni\u00f1a esa\u2026<\/p>\n
Se\u00f1al\u00e9 hacia fuera, donde una peque\u00f1a y preciosa ni\u00f1a rusa estaba en medio de la nevada y vend\u00eda pasteles.<\/p>\n
-\u00a1Que te metas adentro!<\/p>\n
La nieve ca\u00eda silenciosa en los enormes charcos del oscuro patio de la escuela, la ni\u00f1a segu\u00eda all\u00ed, paciente, y repet\u00eda en voz baja: \u201cPahteleh\u2026 pahteleh\u2026\u201d.<\/p>\n
-Oye t\u00fa -le dije al centinela-, se me hace agua la boca, deja pues que entre la ni\u00f1a.<\/p>\n
-Est\u00e1 prohibido que entren civiles.<\/p>\n
-Pero oye -le dije-, un ni\u00f1o no es m\u00e1s que un ni\u00f1o.<\/p>\n
Me volvi\u00f3 a mirar despreciativo:<\/p>\n
-O sea, que los ni\u00f1os no son poblaci\u00f3n civil\u2026<\/p>\n
Era para desesperarse. La oscura calle vac\u00eda estaba envuelta por la nevasca y la ni\u00f1a segu\u00eda all\u00ed completamente sola y repitiendo: \u201cPahteleh\u2026\u201d, aunque no pasaba nadie.<\/p>\n
Intent\u00e9 salir sin m\u00e1s pero el centinela me agarr\u00f3 por la manga y se puso furioso:<\/p>\n
-Oye t\u00fa -grit\u00f3-, l\u00e1rgate o llamo al sargento.<\/p>\n
-Eres un est\u00fapido -le dije encolerizado.<\/p>\n
-S\u00ed -dijo el centinela, satisfecho-, cuando alguien sigue respetando las ordenanzas, para vosotros es un est\u00fapido.<\/p>\n
Me qued\u00e9 todav\u00eda medio minuto en medio de la nevada y vi c\u00f3mo los copos blancos se volv\u00edan lodo: todo el patio de la escuela estaba lleno de charcos, y en medio de ellos se ve\u00edan peque\u00f1as islas blancas como az\u00facar en polvo. De repente vi que la preciosa ni\u00f1a me hac\u00eda una se\u00f1a con los ojos y aparentemente indiferente se iba calle abajo. La segu\u00ed por la parte interior del muro.<\/p>\n
\u201cMaldita sea\u201d, pensaba, \u201c\u00bfser\u00e9 verdaderamente un paciente?\u201d. Y entonces vi que hab\u00eda un peque\u00f1o agujero en el muro, al lado del urinario, y delante del boquete estaba la ni\u00f1a con los pasteles. El centinela no nos pod\u00eda ver aqu\u00ed.<\/p>\n
\u201cEl F\u00fchrer bendiga tu respeto a las ordenanzas\u201d, pens\u00e9.<\/p>\n
Los pasteles ten\u00edan un aspecto magn\u00edfico: los hab\u00eda de casta\u00f1a y de crema de mantequilla, roscas de levadura y nu\u00e9gados en los que brillaba el aceite.<\/p>\n
-\u00bfCu\u00e1nto cuestan? -le pregunt\u00e9 a la ni\u00f1a.<\/p>\n
Sonri\u00f3, me present\u00f3 la cesta y me dijo con su vocecita fina:<\/p>\n
-Trehmarcohcinquentac\u00e1\u2019uno.<\/p>\n
-\u00bfTodos?<\/p>\n
-S\u00ed.<\/p>\n
La nieve ca\u00eda sobre su delicado pelo rubio y lo espolvoreaba con un fugaz polen plateado, su sonrisa era sencillamente encantadora. La oscura calle detr\u00e1s suya estaba completamente vac\u00eda y el mundo parec\u00eda muerto\u2026<\/p>\n
Tom\u00e9 una rosca de levadura y la prob\u00e9. Sab\u00eda riqu\u00edsima, estaba rellena de mazap\u00e1n. \u201cAj\u00e1\u201d, pens\u00e9, \u201cpor eso son tan caras como los dem\u00e1s\u201d.<\/p>\n
La ni\u00f1a sonri\u00f3:<\/p>\n
-\u00bfBueno? -pregunt\u00f3-, \u00bfbueno?<\/p>\n
Asent\u00ed. El fr\u00edo no me importaba. Ten\u00eda la cabeza reciamente vendada y me parec\u00eda a Theodor K\u00f6rner. Prob\u00e9 adem\u00e1s un pastel de crema de mantequilla dejando que aquella materia deliciosa se derritiese despacio en mi boca. Y una vez m\u00e1s se me hizo agua la boca\u2026<\/p>\n
-Ven -le dije en voz baja-, me los quedo todos, \u00bfcu\u00e1ntos tienes?<\/p>\n
La ni\u00f1a empez\u00f3 a contarlos cuidadosamente con un dedo peque\u00f1o, delicado y un poquito sucio, mientras yo devoraba un nu\u00e9gado. Todo estaba muy silencioso y casi me parec\u00eda como si en el aire se meciesen suavemente los copos de nieve. La ni\u00f1a contaba despacio, se equivoc\u00f3 un par de veces, y yo segu\u00eda all\u00ed de pie, completamente tranquilo, y me com\u00ed dos pasteles m\u00e1s. Luego alz\u00f3 de repente sus ojos hacia m\u00ed, tan terriblemente verticales que sus pupilas estaban por completo arriba y el blanco de sus ojos era azulenco como leche desnatada. Gorje\u00f3 alguna cosa en ruso, pero me encog\u00ed de hombros sonriendo y entonces se agach\u00f3 y con su dedito sucio escribi\u00f3 un 45 en la nieve. A\u00f1ad\u00ed los cinco que ya me hab\u00eda comido y le dije:<\/p>\n
-Dame tambi\u00e9n la cesta, \u00bfs\u00ed?<\/p>\n
Asinti\u00f3 y me pas\u00f3 la cesta con mucho cuidado a trav\u00e9s del boquete; yo le pas\u00e9 dos billetes de cien marcos. Dinero ten\u00edamos de sobra, por un abrigo pagaban los rusos setecientos marcos y en tres meses no hab\u00edamos visto sino lodo y sangre, un par de putas y dinero\u2026<\/p>\n
-Ven ma\u00f1ana otra vez, \u00bfs\u00ed? -le dije en voz baja, pero ya no me o\u00eda, se hab\u00eda escabullido muy \u00e1gil y cuando met\u00ed tristemente mi cabeza por el boquete ya hab\u00eda desaparecido y s\u00f3lo ve\u00eda la silenciosa calle rusa, melanc\u00f3lica y completamente vac\u00eda: las casas de tejados planos parec\u00edan irse cubriendo poco a poco con la nieve. Mucho tiempo estuve as\u00ed, como un animal que mira con ojos tristes desde detr\u00e1s de la cerca, hasta que me di cuenta de que mi cuello comenzaba a agarrotarse y met\u00ed de nuevo la cabeza en el redil.<\/p>\n
Y reci\u00e9n entonces ol\u00ed que en ese rinc\u00f3n hed\u00eda espantosamente, a urinario, y los lind\u00edsimos pastelillos estaban todos cubiertos por la nieve como con una tierna capa de az\u00facar. Cansado, levant\u00e9 la cesta y me dirig\u00ed a la casa, no sent\u00eda fr\u00edo, me parec\u00eda a Theodor K\u00f6rner y hubiese podido permanecer una hora m\u00e1s en la nieve. Me fui porque ten\u00eda que ir a alguna parte. Se tiene que poder ir a alguna parte, se tiene que poder. No se puede quedar uno quieto y dejarse helar.<\/p>\n
A alguna parte se tiene que poder ir, aunque est\u00e9 uno herido, en una tierra extranjera, negra, muy oscura\u2026<\/p>\n
FIN<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
-No puede ser -gru\u00f1\u00f3 el centinela. -\u00bfPor qu\u00e9? -pregunt\u00e9. -Porque est\u00e1 prohibido. -\u00bfPor qu\u00e9 est\u00e1 prohibido? -Porque est\u00e1 prohibido, t\u00fa, est\u00e1 prohibido que los pacientes salgan. -Pero yo -dije con orgullo- soy un herido. El centinela me contempl\u00f3 despreciativo: -Seguro que es la primera vez que te hieren, si no ya sabr\u00edas que los heridos […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":1325,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[10,19],"tags":[],"class_list":{"0":"post-1324","1":"post","2":"type-post","3":"status-publish","4":"format-standard","5":"has-post-thumbnail","7":"category-cuentos-cortos","8":"category-los-mejores-cuentos-clasicos","9":"czr-hentry"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1324","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=1324"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1324\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/1325"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=1324"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=1324"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=1324"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}