{"id":1482,"date":"2020-03-17T13:44:46","date_gmt":"2020-03-17T13:44:46","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=1482"},"modified":"2020-03-17T13:46:20","modified_gmt":"2020-03-17T13:46:20","slug":"la-mujer-del-boticario-anton-chejov","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/la-mujer-del-boticario-anton-chejov\/","title":{"rendered":"La mujer del boticario – Anton Chejov"},"content":{"rendered":"

La peque\u00f1a ciudad de B***, compuesta de dos o tres calles torcidas, duerme con sue\u00f1o profundo. El aire, quieto, est\u00e1 lleno de silencio. Solo a lo lejos, en alg\u00fan lugar seguramente fuera de la ciudad, suena el d\u00e9bil y ronco tenor del ladrido de un perro. El amanecer est\u00e1 pr\u00f3ximo.<\/p>\n

Hace tiempo que todo duerme. Tan solo la joven esposa del boticario Chernomordik, propietario de la botica del lugar, est\u00e1 despierta. Tres veces se ha echado sobre la cama; pero, sin saber por qu\u00e9, el sue\u00f1o huye tercamente de ella. Sentada, en camis\u00f3n, junto a la ventana abierta, mira a la calle. Tiene una sensaci\u00f3n de ahogo, est\u00e1 aburrida y siente tal desaz\u00f3n que hasta quisiera llorar. \u00bfPor qu\u00e9\u2026? No sabr\u00eda decirlo, pero un nudo en la garganta la oprime constantemente\u2026 Detr\u00e1s de ella, unos pasos m\u00e1s all\u00e1 y vuelto contra la pared, ronca pl\u00e1cidamente el propio Chernomordik. Una pulga glotona se ha adherido a la ventanilla de su nariz, pero no la siente y hasta sonr\u00ede, porque est\u00e1 so\u00f1ando con que toda la ciudad tose y no cesa de comprarle Gotas del rey de Dinamarca<\/span>. \u00a1Ni con pinchazos, ni con ca\u00f1onazos, ni con caricias, se le podr\u00eda despertar!<\/p>\n

La botica est\u00e1 situada al extremo de la ciudad, por lo que la boticaria alcanza a ver el l\u00edmite del campo. As\u00ed, pues, ve palidecer la parte este del cielo, luego la ve ponerse roja, como por causa de un gran incendio. Inesperadamente, por detr\u00e1s de los lejanos arbustos, asoma t\u00edmidamente una luna grande, de ancha y rojiza faz. En general, la luna, cuando sale de detr\u00e1s de los arbustos, no se sabe por qu\u00e9, est\u00e1 muy azarada. De repente, en medio del silencio nocturno, resuenan unos pasos y un tintineo de espuelas. Se oyen voces.<\/p>\n

\u201cSon oficiales que vuelven de casa del polic\u00eda y van a su campamento\u201d, piensa la mujer del boticario.<\/p>\n

Poco despu\u00e9s, en efecto, surgen dos figuras vestidas de uniforme militar blanco. Una es grande y gruesa; otra, m\u00e1s peque\u00f1a y delgada. Con un andar perezoso y acompasado, pasan despacio junto a la verja, conversando en voz alta sobre algo. Al acercarse a la botica, ambas figuras retrasan a\u00fan m\u00e1s el paso y miran a las ventanas.<\/p>\n

-Huele a botica -dice el oficial delgado-. \u00a1Claro\u2026 como que es una botica\u2026! \u00a1Ah\u2026! \u00a1Ahora que me acuerdo\u2026 la semana pasada estuve aqu\u00ed a comprar aceite de ricino! Aqu\u00ed es donde hay un boticario con una cara agria y una quijada de asno. \u00a1Vaya quijada\u2026! Con una como esa, exactamente, venci\u00f3 Sans\u00f3n a los filisteos.<\/p>\n

-Si\u2026 -dice con voz de bajo el gordo-. Ahora la botica est\u00e1 dormida\u2026 La boticaria estar\u00e1 tambi\u00e9n dormida\u2026 Aqu\u00ed, Obtesov, hay una boticaria muy guapa.<\/p>\n

-La he visto. Me gusta mucho. Diga, doctor: \u00bfpodr\u00e1 querer a ese de la quijada? \u00bfSer\u00e1 posible?<\/p>\n

-No. Seguramente no lo quiere -suspira el doctor con expresi\u00f3n de l\u00e1stima hacia el boticario-. \u00a1Ahora, guapita\u2026 estar\u00e1s dormida detr\u00e1s de esa ventana\u2026! \u00bfNo crees, Obtesov? Estar\u00e1 con la boquita entreabierta, tendr\u00e1 calor y sacar\u00e1 un piececito. Seguro que el tonto boticario no entiende de belleza. Para \u00e9l, probablemente, una mujer y una botella de lej\u00eda es lo mismo.<\/p>\n

-Oiga, doctor\u2026 -dice el oficial, par\u00e1ndose-. \u00bf Y si entr\u00e1ramos en la botica a comprar algo? Puede que vi\u00e9ramos a la boticaria.<\/p>\n

-\u00a1Qu\u00e9 ocurrencia! \u00bfPor la noche?<\/p>\n

-\u00bfY qu\u00e9\u2026? Tambi\u00e9n por la noche tienen obligaci\u00f3n de despachar. Anda, amigo\u2026 Vamos.<\/p>\n

-Como quieras.<\/p>\n

La boticaria, escondida tras los visillos, oye un fuerte campanillazo y, con una mirada a su marido, que contin\u00faa roncando y sonriendo dulcemente, se echa encima un vestido, mete los pies desnudos en los zapatos y corre a la botica.<\/p>\n

A trav\u00e9s de la puerta de cristal, se distinguen dos sombras. La boticaria aviva la luz de la l\u00e1mpara y corre hacia la puerta para abrirla. Ya no se siente aburrida ni desazonada, ya no tiene ganas de llorar, y solo el coraz\u00f3n le late con fuerza. El m\u00e9dico, gordifl\u00f3n, y el delgado Obtesov entran en la botica. Ahora ya puede verlos bien. El gordo y tripudo m\u00e9dico tiene la tez tostada y es barbudo y torpe de movimientos. Al m\u00e1s peque\u00f1o de estos le cruje el uniforme y le brota el sudor en el rostro. El oficial es de tez rosada y sin bigote, afeminado y flexible como una fusta inglesa.<\/p>\n

-\u00bfQu\u00e9 desean ustedes? -pregunta la boticaria, ajust\u00e1ndose el vestido.<\/p>\n

-Denos\u2026 quince kopeks\u00b9 de pastillas de menta.<\/p>\n

La boticaria, sin apresurarse, coge del estante un frasco de cristal y empieza a pesar las pastillas. Los compradores, sin pesta\u00f1ear, miran su espalda. El m\u00e9dico entorna los ojos como un gato satisfecho, mientras el teniente permanece muy serio.<\/p>\n

-Es la primera vez que veo a una se\u00f1ora despachando en una botica -dice el m\u00e9dico.<\/p>\n

-\u00a1Qu\u00e9 tiene de particular! -contesta la boticaria mirando de soslayo el rosado rostro de Obtesov-. Mi marido no tiene ayudantes, por lo que siempre lo ayudo yo.<\/p>\n

-\u00a1Claro\u2026! Tiene usted una botiquita muy bonita\u2026 \u00a1Y qu\u00e9 cantidad de frascos distintos..! \u00bfNo le da miedo moverse entre venenos\u2026? \u00a1Brrr\u2026!<\/p>\n

La boticaria pega el paquetito y se lo entrega al m\u00e9dico. Obtesov saca los quince kopeks. Trascurre medio minuto en silencio\u2026 Los dos hombres se miran, dan un paso hacia la puerta y se miran otra vez.<\/p>\n

-Deme diez kopeks de sosa -dice el m\u00e9dico.<\/p>\n

La boticaria, otra vez con gesto perezoso y sin vida, extiende la mano hacia el estante.<\/p>\n

-\u00bfNo tendr\u00eda usted aqu\u00ed, en la botica, algo\u2026? -masculla Obtesov haciendo un movimiento con los dedos-. Algo\u2026 que resultara como un s\u00edmbolo de alg\u00fan l\u00edquido vivificante\u2026? Por ejemplo, agua de seltz. \u00bfTiene usted agua de seltz?<\/p>\n

-Si, tengo -contesta la boticaria.<\/p>\n

-\u00a1Bravo\u2026! \u00a1No es usted una mujer! \u00a1Es usted un hada\u2026! \u00bfPodr\u00eda darnos tres botellas\u2026?<\/p>\n

La boticaria pega apresurada el paquete de sosa y desaparece en la oscuridad, tras de la puerta.<\/p>\n

-\u00a1Un fruto como este no se encontrar\u00eda ni en la isla de Madeira! \u00bfNo le parece? Pero escuche\u2026 \u00bfno oye usted un ronquido? Es el propio se\u00f1or boticario, que duerme.<\/p>\n

Pasa un minuto, la boticaria vuelve y deposita cinco botellas sobre el mostrador. Como acaba de bajar a la cueva, est\u00e1 encendida y algo agitada.<\/p>\n

-\u00a1Chis! -dice Obtesov cuando al abrir las botellas deja caer el sacacorchos-. No haga tanto ruido, que se va a despertar su marido.<\/p>\n

-\u00bfY qu\u00e9 importa que se despierte?<\/p>\n

-Es que estar\u00e1 dormido tan tranquilamente\u2026 so\u00f1ando con usted\u2026 \u00a1A su salud! \u00a1Bah\u2026! -dice con su voz de bajo el m\u00e9dico, despu\u00e9s de eructar y de beber agua de seltz-. \u00a1Eso de los maridos es una historia tan aburrida\u2026! Lo mejor que podr\u00edan hacer es estar siempre dormidos. \u00a1Oh, si a esta agua se le hubiera podido a\u00f1adir un poco de vino tinto!<\/p>\n

-\u00a1Qu\u00e9 cosas tiene! -r\u00ede la boticaria.<\/p>\n

-Ser\u00eda magn\u00edfico. \u00a1Qu\u00e9 l\u00e1stima que en las boticas no se venda nada basado en alcohol! Deber\u00edan, sin embargo, vender el vino como medicamento. Y vinum gallicum rubrum<\/em>\u2026 \u00bftiene usted?<\/p>\n

-S\u00ed, lo tenemos.<\/p>\n

-Muy bien; pues tr\u00e1iganoslo, \u00a1qu\u00e9 diablo\u2026! \u00a1Tr\u00e1igalo!<\/p>\n

-\u00bfCu\u00e1nto quieren?<\/p>\n

-\u00a1Cuantum satis<\/span>! Empecemos por echar una onza de \u00e9l en el agua, y luego veremos. \u00bfNo es verdad? Primero con agua, y despu\u00e9s, per se<\/span>.<\/p>\n

-El m\u00e9dico y Obtesov se sientan al lado del mostrador, se quitan los gorros y se ponen a beber vino tinto.<\/p>\n

-\u00a1Hay que confesar que es mal\u00edsimo! \u00a1Es un vinum malissimum<\/span>!<\/p>\n

-Pero con una presencia as\u00ed\u2026 parece un n\u00e9ctar.<\/p>\n

-\u00a1Es usted maravillosa, se\u00f1ora! Le beso la mano con el pensamiento.<\/p>\n

-Yo dar\u00eda mucho por poder hacerlo no con el pensamiento -dice Obtesov-. \u00a1Palabra de honor que dar\u00eda la vida!<\/p>\n

-\u00a1D\u00e9jese de tonter\u00edas! -dice la se\u00f1ora Chernomordik, sofoc\u00e1ndose y poniendo cara seria.<\/p>\n

-Pero \u00a1qu\u00e9 coqueta es usted\u2026! -r\u00ede despacio el m\u00e9dico, mir\u00e1ndola con picard\u00eda-. Sus ojitos disparan \u00a1pif!, \u00a1paf!, y tenemos que felicitarla por su victoria, porque nosotros somos los conquistados.<\/p>\n

La boticaria mira los rostros sonrosados, escucha su charla y no tarda en animarse a su vez. \u00a1Oh\u2026! Ya est\u00e1 alegre, ya toma parte en la conversaci\u00f3n, r\u00ede y coquetea, y por fin, despu\u00e9s de hacerse rogar mucho de los compradores, bebe dos onzas de vino tinto.<\/p>\n

-Ustedes, se\u00f1ores oficiales, deber\u00edan venir m\u00e1s a menudo a la ciudad desde el campamento -dice-, porque esto, si no, es de un aburrimiento atroz. \u00a1Yo me muero de aburrimiento!<\/p>\n

-Lo creo -se espanta el m\u00e9dico-. \u00a1Una ni\u00f1a tan bonita! \u00a1Una maravilla as\u00ed de la naturaleza, y en un rinc\u00f3n tan rec\u00f3ndito! \u00a1Qu\u00e9 maravillosamente bien lo dijo Griboedov! \u201c\u00a1Al rinc\u00f3n rec\u00f3ndito! \u00a1Al Saratov\u2026!\u201d Ya es hora, sin embargo, de que nos marchemos. Encantados de haberla conocido\u2026 encantad\u00edsimos\u2026 \u00bfQu\u00e9 le debemos?<\/p>\n

La boticaria alza los ojos al techo y mueve los labios durante largo rato.<\/p>\n

-Doce rublos y cuarenta y ocho kopeks -dice.<\/p>\n

Obtesov saca del bolsillo una gruesa cartera, revuelve durante largo tiempo un fajo de billetes y paga.<\/p>\n

-Su marido estar\u00e1 durmiendo tranquilamente\u2026 estar\u00e1 so\u00f1ando\u2026 -balbucea al despedirse, mientras estrecha la mano de la boticaria.<\/p>\n

-No me gusta o\u00edr tonter\u00edas.<\/p>\n

-\u00bfTonter\u00edas? Al contrario\u2026 Estas no son tonter\u00edas\u2026 Hasta el mismo Shakespeare dec\u00eda: \u201cBienaventurado aquel que de joven fue joven\u2026\u201d<\/p>\n

-\u00a1Suelte mi mano!<\/p>\n

Por fin, los compradores, tras larga charla, besan la mano de la boticaria e indecisos, como si se dejaran algo olvidado, salen de la botica. Ella corre a su dormitorio y se sienta junto a la ventana. Ve c\u00f3mo el teniente y el doctor, al salir de la botica, recorren perezosamente unos veinte pasos. Los ve pararse y ponerse a hablar de algo en voz baja. \u00bfDe qu\u00e9? Su coraz\u00f3n late, le laten las sienes tambi\u00e9n\u2026 \u00bfPor qu\u00e9\u2026? Ella misma no lo sabe. Su coraz\u00f3n palpita fuertemente, como si lo que hablaran aquellos dos en voz baja fuera a decidir su suerte. Al cabo de unos minutos el m\u00e9dico se separa de Obtesov y se aleja, mientras que Obtesov vuelve. Una y otra vez pasa por delante de la botica\u2026 Tan pronto se detiene junto a la puerta como echa a andar otra vez. Por fin, suena el discreto tintineo de la campanilla.<\/p>\n

La boticaria oye de pronto la voz de su marido, que dice:<\/p>\n

-\u00bfQu\u00e9\u2026? \u00bfQui\u00e9n est\u00e1 ah\u00ed? Est\u00e1n llamando. \u00bfEs que no oyes\u2026? \u00a1Qu\u00e9 desorden!<\/p>\n

Se levanta, se pone la bata y, tambale\u00e1ndose todav\u00eda de sue\u00f1o y con las zapatillas en chancletas, se dirige a la botica.<\/p>\n

-\u00bfQu\u00e9 es? \u00bf Qu\u00e9 quiere usted? pregunta a Obtesov.<\/p>\n

-Deme\u2026 deme quince kopeks de pastillas de menta.<\/p>\n

Respirando ruidosamente, bostezando, qued\u00e1ndose dormido al andar y d\u00e1ndose con las rodillas en el mostrador, el boticario se empina hacia el estante y coge el frasco\u2026<\/p>\n

Unos minutos despu\u00e9s la boticaria ve salir a Obtesov de la botica, lo ve dar algunos pasos y arrojar al camino lleno de polvo las pastillas de menta. Desde una esquina, el doctor le sale al encuentro. Al encontrarse, ambos gesticulan y desaparecen en la bruma matinal.<\/p>\n

-\u00a1Oh, qu\u00e9 desgraciada soy! -dice la boticaria, mirando con enojo a su marido, que se desviste r\u00e1pidamente para volver a echarse a dormir-. \u00a1Que desgraciada soy! -repite.<\/p>\n

Y de repente rompe a llorar con amargas l\u00e1grimas Y nadie\u2026 nadie sabe\u2026<\/p>\n

-Me he dejado olvidados quince kopeks en el mostrador -masculla el boticario, arrop\u00e1ndose en la manta-. Haz el favor de guardarlos en la mesa.<\/p>\n

Y al punto se queda dormido.<\/p>\n

FIN<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

La peque\u00f1a ciudad de B***, compuesta de dos o tres calles torcidas, duerme con sue\u00f1o profundo. El aire, quieto, est\u00e1 lleno de silencio. Solo a lo lejos, en alg\u00fan lugar seguramente fuera de la ciudad, suena el d\u00e9bil y ronco tenor del ladrido de un perro. El amanecer est\u00e1 pr\u00f3ximo. Hace tiempo que todo duerme. […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":1638,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[10,19],"tags":[],"class_list":{"0":"post-1482","1":"post","2":"type-post","3":"status-publish","4":"format-standard","5":"has-post-thumbnail","7":"category-cuentos-cortos","8":"category-los-mejores-cuentos-clasicos","9":"czr-hentry"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1482","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=1482"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/1482\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/1638"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=1482"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=1482"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=1482"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}