{"id":2031,"date":"2020-11-23T11:15:26","date_gmt":"2020-11-23T11:15:26","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=2031"},"modified":"2020-11-23T11:15:26","modified_gmt":"2020-11-23T11:15:26","slug":"reunion-john-cheever","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/reunion-john-cheever\/","title":{"rendered":"Reuni\u00f3n – John Cheever"},"content":{"rendered":"

La \u00faltima vez que vi a mi padre fue en la Estaci\u00f3n Gran Central. Yo iba de la casa de mi abuela, en los Adirondack, a una casa de campo en el Cabo alquilada por mi madre, y escrib\u00ed a mi padre que estar\u00eda en Nueva York, entre dos trenes, durante hora y media, y le pregunt\u00e9 si pod\u00edamos almorzar juntos. Su secretaria me escribi\u00f3 diciendo que \u00e9l se encontrar\u00eda conmigo a mediod\u00eda frente al mostrador de informaci\u00f3n, y a las doce en punto lo vi venir entre la gente. Para m\u00ed era un desconocido -mi madre se hab\u00eda divorciado de \u00e9l hace tres a\u00f1os y desde entonces no lo hab\u00eda visto- pero apenas lo vi sent\u00ed que era mi padre, un ser de mi propia sangre, mi futuro y mi condenaci\u00f3n. Supe que cuando creciera me parecer\u00eda a \u00e9l; tendr\u00eda que planear mis campa\u00f1as ateni\u00e9ndome a sus limitaciones. Era un hombre alto y apuesto, y me complaci\u00f3 enormemente volver a verlo. Me palme\u00f3 la espalda y me estrech\u00f3 la mano.<\/p>\n

-Hola, Charlie \u2013dijo-. Hola, hijo. Me agradar\u00eda llevarte a mi club, pero est\u00e1 en la calle 60, y si tienes que tomar el tren ser\u00e1 mejor que comamos aqu\u00ed.<\/p>\n

-Me pas\u00f3 el brazo sobre los hombros, y yo ol\u00ed a mi padre del mismo modo que mi madre huele una rosa. Era una intensa mezcla de whisky, loci\u00f3n de afeitar, pomada de zapatos, lanas y el olor de un var\u00f3n maduro. Abrigu\u00e9 la esperanza de que alguien nos viera juntos. Dese\u00e9 que pudi\u00e9ramos fotografiarnos. Quer\u00eda conservar un recuerdo de nuestra reuni\u00f3n. Salimos de la estaci\u00f3n y entramos por una calle lateral, y entramos en un restaurante.\u00a0 A\u00fan era temprano y el local estaba vac\u00edo. El cantinero estaba disputando con un repartidor, y al lado de la puerta de la cocina hab\u00eda un camarero muy viejo con una chaqueta roja. Nos sentamos y mi padre llam\u00f3 en alta voz al camarero.<\/p>\n

-\u00a1Kellner! -grit\u00f3-. \u00a1Gar\u00e7on! \u00a1Cameriere! \u00a1Usted! -en el restaurante vac\u00edo su estridencia parec\u00eda fuera de lugar-. \u00a1Alguien que pueda atendernos! -grit\u00f3-. Chop-chop -despu\u00e9s, bati\u00f3 palmas. As\u00ed atrajo la atenci\u00f3n del camarero, que arrastrando los pies se acerc\u00f3 a nuestra mesa.<\/p>\n

-\u00bfUsted golpe\u00f3 las manos para llamarme? -pregunt\u00f3.<\/p>\n

-C\u00e1lmese, c\u00e1lmese,\u00a0sommelier<\/em>\u00a0-dijo mi padre-. Si no es demasiado pedirle\u2026 si no significa imponerle una obligaci\u00f3n excesiva, desear\u00edamos un par de Gibsons.<\/p>\n

-No me gusta que me llamen golpeando las manos -dijo el camarero.<\/p>\n

-Tendr\u00eda que haber tra\u00eddo mi silbato -dijo mi padre-. Tengo un silbato que es audible solo para los camareros viejos. Bien, prepare su anotador y su lapicito y vea si puede escribirlo bien: dos Gibsons. Repita conmigo: dos Gibsons.<\/p>\n

-Ser\u00e1 mejor que vaya a otro lugar -dijo en voz baja el camarero.<\/p>\n

-Esa -dijo mi padre- es una de las sugerencias m\u00e1s brillantes que he o\u00eddo jam\u00e1s-. Vamos, Charlie, salgamos de esta covacha.<\/p>\n

Sal\u00ed del restaurante con mi padre y entramos en otro. Esta vez no se mostr\u00f3 tan ruidoso. Llegaron las bebidas y me interrog\u00f3 acerca de la temporada del campeonato de b\u00e9isbol. Despu\u00e9s, golpe\u00f3 con el cuchillo el borde de la copa vac\u00eda y de nuevo empez\u00f3 a gritar.<\/p>\n

-\u00a1Gar\u00e7on! \u00a1Kellner! \u00a1Cameriere! \u00a1Usted! Puede molestarse en traernos dos m\u00e1s de lo mismo.<\/p>\n

-\u00bfQu\u00e9 edad tiene el muchacho? -pregunt\u00f3 el camarero.<\/p>\n

-Eso -dijo mi padre- qu\u00e9 mierda le importa.<\/p>\n

-Lo siento, se\u00f1or -dijo el camarero- pero no le servir\u00e9 otra bebida al muchacho.<\/p>\n

-Bien, tengo algo que decirle -dijo mi padre-. Tengo algo muy interesante que decirle. Ocurre que no es el \u00fanico restaurante en Nueva York. Abrieron otro en la esquina. Vamos, Charlie.<\/p>\n

Pag\u00f3 la cuenta y salimos de ese restaurante y entramos en otro. Aqu\u00ed, los camareros ten\u00edan chaquetas rosadas, como cazadores, y de las paredes colgaban diferentes arreos. Nos sentamos, y mi padre empez\u00f3 a gritar otra vez.<\/p>\n

-\u00a1Perrero mayor! Iujuu\u00fa y todo eso. Queremos beber algo para el estribo. A saber, dos Bibsons.<\/p>\n

-\u00bfDos Bibsons? -pregunt\u00f3 el camarero, sonriendo.<\/p>\n

-Maldito sea, sabe muy bien lo que deseo -dijo irritado mi padre-. Quiero dos Gibsons, y de prisa. Las cosas han cambiado en la vieja y alegre Inglaterra. As\u00ed me dice mi amigo el duque. Veamos qu\u00e9 puede darnos Inglaterra cuando pedimos un coctel.<\/p>\n

-No estamos en Inglaterra -dijo el camarero.<\/p>\n

-No discuta conmigo -replic\u00f3 mi padre-. Haga lo que le ordenan.<\/p>\n

-Pens\u00e9 que tal vez desear\u00eda saber d\u00f3nde est\u00e1 -dijo el camarero.<\/p>\n

-Si hay algo que no puedo tolerar -dijo mi padre-, es a los criados insolentes. Vamos, Charlie.<\/p>\n

El cuarto lugar era italiano.<\/p>\n

-Buon giorno -dijo mi padre-. Per favore, possiamo avere due cocktail americani, forti, forti. Molto gin, poco vermut.<\/p>\n

-No entiendo italiano -dijo el camarero.<\/p>\n

-Oh, vamos -dijo mi padre-. Entiende italiano, y claro que lo entiende. Vogliamo due cocktail americani. Subito.<\/p>\n

El camarero se retir\u00f3 y habl\u00f3 con su jefe, que se acerc\u00f3 a nuestra mesa y dijo:<\/p>\n

-Lo siento, se\u00f1or, pero esta mesa est\u00e1 reservada.<\/p>\n

-Muy bien -dijo mi padre-. Denos otra mesa.<\/p>\n

-Todas las mesas est\u00e1n reservadas -dijo el jefe de camareros.<\/p>\n

-Entiendo -dijo mi padre-. No desean servirnos. \u00bfEs as\u00ed? Bien, v\u00e1yase a la mierda. \u00a0Vada all\u00b4inferno. Vamos, Charlie.<\/p>\n

-Tengo que tomar mi tren -dije.<\/p>\n

-Lo siento, hijito -dijo mi padre-. Lo siento much\u00edsimo -me pas\u00f3 el brazo sobre los hombros y me apret\u00f3 contra su cuerpo -te acompa\u00f1ar\u00e9 a la estaci\u00f3n. Si\u00a0 hubi\u00e9ramos tenido tiempo de ir a mi club.<\/p>\n

-Est\u00e1 bien, pap\u00e1 -dije.<\/p>\n

-Te comprar\u00e9 un diario -dijo-. Te comprar\u00e9 un diario, para que leas en el tren.<\/p>\n

Se acerc\u00f3 a un puesto de peri\u00f3dicos y dijo:<\/p>\n

-Amable se\u00f1or, \u00bftendr\u00eda la bondad de hacerme el favor de venderme uno de sus malditos diarios vespertinos, esos que no sirven para nada y cuestan diez centavos?<\/p>\n

El empleado se apart\u00f3 de \u00e9l y mir\u00f3 fijamente la tapa de una revista.<\/p>\n

-\u00bfEs mucho pedir, bondadoso se\u00f1or -dijo mi padre-, es mucho pedir que me venda de esos asquerosos espec\u00edmenes del periodismo amarillo?<\/p>\n

-Tengo que irme, pap\u00e1 -dije-. Es tarde.<\/p>\n

-Vamos, espera un momento, hijito -dijo-. Nada m\u00e1s que un segundo. Quiero que este tipo me conteste.<\/p>\n

-Adi\u00f3s, pap\u00e1 -dije, y baj\u00e9 la escalera y abord\u00e9 mi tren, y fue la \u00faltima vez que vi a mi padre.<\/p>\n

\u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0 \u00a0FIN<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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