E<\/span>l encuentro, casual e inevitable, con mi antiguo superior jer\u00e1rquico mientras caminaba por la Rambla, motiv\u00f3 una obligada charla a la que no pude sacarle el cuerpo. Me sorprendi\u00f3 una simpat\u00eda que no le conoc\u00eda. Por lo menos mientras fui sus subordinado y rechazaba todas mis iniciativas con gesto arrogante.. Aunque no se hab\u00eda destacado por ser un \u201cvolador\u201d sol\u00eda relatar algunas an\u00e9cdotas de dudosa comprobaci\u00f3n, habida cuenta del tiempo en que hab\u00edan ocurrido. Sin embargo debo reconocerle el m\u00e9rito de haber llegado a las m\u00e1s altas jerarqu\u00edas, por lo que, otras capacidades debieron incidir en tal merecimiento.<\/p>\n

A la altura de Solano Antu\u00f1a me excus\u00e9 aduciendo un compromiso y regres\u00e9 a casa.<\/p>\n

A  la ma\u00f1ana siguiente la llamada de un camarada, que mantuvo siempre una amable relaci\u00f3n con el superior de marras, que alguna vez califiqu\u00e9 de conveniente, le hab\u00eda manifestado la buena impresi\u00f3n que se hab\u00eda llevado de mi persona, aludiendo a la breve caminata del d\u00eda anterior. Seg\u00fan sus palabras me hab\u00eda encontrado m\u00e1s \u201caplomado\u201d y m\u00e1s \u201cserio\u201d, creyendo con ello que me trasmit\u00eda un elogio. Me abstuve de comentarios porque en el fondo sab\u00eda que mi amigo pensaba como \u00e9l. Ambos, el hombre formal y \u201cseriote\u201d, y su adl\u00e1tere, es decir, mi camarada, consideraban mis actitudes en el Servicio poco menos que pueriles, cuando yo, al menos, las encontraba divertidas.<\/p>\n

Si bien existe una diferencia entre hacer el amor y hacer la guerra, o en nuestro caso, prepararnos para ella, en ambas situaciones podemos aportar sonrisas y alegr\u00edas. En la primera porque realmente jugamos con nuestros cuerpos, y On\u00e1n seguramente se divert\u00eda con el suyo, y en la segunda, porque la importancia de prepararnos para una instancia crucial como es la guerra, justifica cierta distensi\u00f3n en la seriedad de nuestro trabajo.<\/p>\n

Pero lo cierto es que el sentido del humor no abunda en \u00e1mbitos castrenses y personalmente no aconsejo a los oficiales j\u00f3venes su pr\u00e1ctica m\u00e1s all\u00e1 de los l\u00edmites de su grado, en tanto la superioridad no disponga expresamente lo contrario.<\/p>\n

El tercer milenio y sus aceleradas transformaciones nos permiten abrigar tibias esperanzas al respecto.<\/p>\n

Una experiencia como Alf\u00e9rez en la Brigada A\u00e9rea ll, podr\u00e1 iluminar a un eventual imitador a desistir de todo prop\u00f3sito humor\u00edstico.<\/p>\n

Mi Jefe, un Capit\u00e1n morocho y de pocas palabras, se preparaba para concursar por una beca en el exterior. Dos d\u00edas antes del evento que tendr\u00eda lugar el quince de marzo, me encontraba en su despacho entregando las novedades del d\u00eda. Sobre el escritorio se amontonaban papeles con ejercicios y problemas. Cierta jocunda masoquista me empuj\u00f3 al pitorreo, por lo que, antes de retirarme, le dije, en tono ligeramente zumb\u00f3n:<\/p>\n

-Mi Capit\u00e1n, cu\u00eddese de los Idus de marzo.<\/p>\n

Debo disentir con los que afirman que la luz de la sabidur\u00eda encandila. En el fondo de aquellos ojitos negros y charr\u00faas, un destello de la m\u00e1s absoluta y descarnada incomprensi\u00f3n se encendi\u00f3 como un rayo laser.<\/p>\n

Despu\u00e9s de un largo silencio me contest\u00f3:<\/p>\n

-Antes de retirarse \u2013 se refer\u00eda a la hora de licencia-me pide \u00f3rdenes.<\/p>\n

Pasaron unos d\u00edas antes que lo volviese a ver, cosa que ocurri\u00f3 antes que terminara de cumplir la sanci\u00f3n que me hab\u00eda impuesto por mi admonitoria e incomprensible frase.<\/p>\n

Hab\u00eda obtenido el \u00faltimo puesto en el concurso.<\/p>\n

Sin embargo, algo parecido al arrepentimiento- quiz\u00e1s por lo duro de la sanci\u00f3n que me hab\u00eda impuesto-lo habilit\u00f3 al comentario conciliador.<\/p>\n

– Esta tarde puede irse con licencia\u2026pero no se haga m\u00e1s el loco con esos higos suyos que me ofreci\u00f3 la semana pasada\u2026 \u00bfTamo?<\/p>\n

Julio C\u00e9sar muri\u00f3 asesinado en el a\u00f1o 44 antes de Cristo por un grupo de senadores conjurados. Seg\u00fan Plutarco, historiador griego, hab\u00eda sido advertido por Espurina, el m\u00e1s famoso adivino de Roma, que se cuidara de los Idus de marzo. En el calendario romano los idus ca\u00edan el quince del mes de Martius.<\/p>\n

La ignorancia supina es aquella que sufre quien debiendo saber, ignora. Se trata de una condici\u00f3n en la que el ignorante es culpable de su propia ignorancia.<\/p>\n

No calificar\u00e9 la clase de ignorancia de mi lejano Capit\u00e1n. Alguien podr\u00eda decir que no podemos descalificar  a una persona por confundir Idus con higos, cosa que no tengo intenci\u00f3n de debatir, lo traigo a colaci\u00f3n para ese humorista joven a punto de egresar de nuestra Escuela o quiz\u00e1s en su primer a\u00f1o en Durazno, que har\u00e1 caso omiso de mis advertencias y se lanzar\u00e1, como un Kamikaze a un portaaviones, en busca de la risa imposible o la sonrisa c\u00f3mplice que le gratifique en su irrefrenable vocaci\u00f3n suicida.<\/p>\n

Si tal ocurriera mi bendici\u00f3n lo acompa\u00f1ar\u00e1 siempre.<\/p>\n

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Elbio Firpo<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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