{"id":2343,"date":"2021-06-30T22:03:35","date_gmt":"2021-06-30T22:03:35","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=2343"},"modified":"2021-06-30T22:03:38","modified_gmt":"2021-06-30T22:03:38","slug":"estuvo-en-la-guerra-edmundo-valades","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/estuvo-en-la-guerra-edmundo-valades\/","title":{"rendered":"Estuvo en la guerra – Edmundo Valad\u00e9s"},"content":{"rendered":"
De pronto, todas las cabezas desaparecieron. Abri\u00f3 m\u00e1s los ojos. Trat\u00f3 de perforar con la mirada la luz de los reflectores implacables. Sobre el campo, los jugadores corr\u00edan en todas direcciones. Un sordo, pavoroso clamor envolv\u00eda sus cuerpos sin cabezas. Agitaban sus brazos confusamente. Como si dirigieran su propia macabra danza. La danza macabra.<\/p>\n
\u00c9l estaba tenso. El ruido martilleaba sus t\u00edmpanos. Creci\u00f3 su miedo. Ahora los rostros giraban en la cancha. Reflejaban un terror indescriptible. Su propio terror. No persegu\u00edan la pelota. Hu\u00edan desesperados. Brincaban absurdamente. Con el salto mortal del soldado. Desaparec\u00edan. Volv\u00edan a emerger. Volaban. Destruidos en pedazos al chocar unos contra otros.<\/p>\n
Empez\u00f3 a o\u00edr el graznido de las ametralladoras. El ruido del mar. El ruido del miedo. El silbatazo de ataque. Y gritos. Gritos espantosos que le taladraban la espina dorsal. \u00bfLlegar\u00eda a disparar por fin el ca\u00f1\u00f3n camuflado bajo la malla del arco?<\/p>\n
Reaparecieron las cabezas y los cuerpos. Las cabezas sub\u00edan y bajaban las gradas. Saltaban a la izquierda y a la derecha. Uno, dos. Uno, dos. A la derecha y a la izquierda. Uno, dos. Rodaban unas sobre otras. Saltaban unas sobre otras. Uno, dos. Lo aplastaban. Iban a aplastarlo. Uno, dos. Y los gritos\u2026<\/p>\n
Se lanz\u00f3 por las escaleras. A ganar la playa. A esconderse en las trincheras. La salida. A empellones. Empujando los cad\u00e1veres m\u00f3viles que cerraban el paso.<\/p>\n
La puerta. La plaza. Arriba, siempre el cielo. El cielo.<\/p>\n
Detuvo el taxi: al hotel.<\/p>\n
Cerr\u00f3 los ojos. Los abri\u00f3 de nuevo. \u00bfY el chofer? Hab\u00eda desaparecido. \u00c9l iba solo sobre el tanque que devoraba las avenidas. Traspasaba los muros. Se estrellaba contra los \u00e1rboles. Mil reflectores enfocaban su marcha. M\u00e1s aprisa. Aprisa.<\/p>\n
Luego, lo de siempre: el silencio largo.<\/p>\n
\u201c\u00bfLe pasa algo?\u201d<\/p>\n
Pag\u00f3. Entr\u00f3 en el hotel. A su cuarto.<\/p>\n
Se desplom\u00f3 sobre la cama.<\/p>\n
A gemir la paz definitivamente perdida para \u00e9l.<\/p>\n
FIN<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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