{"id":2348,"date":"2021-07-11T12:20:48","date_gmt":"2021-07-11T12:20:48","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=2348"},"modified":"2021-07-11T12:20:50","modified_gmt":"2021-07-11T12:20:50","slug":"el-cristo-amonestado-jules-renard","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/el-cristo-amonestado-jules-renard\/","title":{"rendered":"El Cristo amonestado – Jules Renard"},"content":{"rendered":"

Al pasar junto a la cruz situada en las afueras del pueblo al que parece proteger de alguna sorpresa desagradable, Tiennette, la loca, vio que el Cristo se hab\u00eda ca\u00eddo.<\/p>\n

Durante la noche el viento lo hab\u00eda desclavado y arrojado al suelo, sin duda.<\/p>\n

Tiennette se santigua y levanta el Cristo con todas las precauciones, como si se tratara de una persona a\u00fan viva.<\/p>\n

No puede volver a colocarlo en la cruz que est\u00e1 demasiado alta; pero tampoco puede dejarlo solo, al borde de la carretera.<\/p>\n

Adem\u00e1s, se ha estropeado al caer y le faltan varios dedos.<\/p>\n

-Voy a llevar el Cristo al carpintero para que lo repare -se dice.<\/p>\n

Lo agarra piadosamente por la cintura y se lo lleva, sin correr. Pero es tan pesado que se desliza entre sus brazos y, con frecuencia, se ve obligada a subirlo con una violenta sacudida.<\/p>\n

Y cada vez, les clavos que antes sujetaban los pies del Cristo agarran la falta de Tiennette, la levantan un poco y dejan ver sus piernas.<\/p>\n

-\u00a1Quiere estarse quieto, Se\u00f1or! -le dice.<\/p>\n

Y con toda sencillez, Tiennette da unos suaves cachetes en las mejillas del Cristo, con delicadeza, con respeto.<\/p>\n

FIN<\/p>\n


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