{"id":2513,"date":"2022-02-18T10:17:37","date_gmt":"2022-02-18T10:17:37","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=2513"},"modified":"2022-05-29T22:12:12","modified_gmt":"2022-05-29T22:12:12","slug":"el-fiscal-ivan-turuel","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/el-fiscal-ivan-turuel\/","title":{"rendered":"El fiscal – Iv\u00e1n Turuel"},"content":{"rendered":"
Vuelve a hacerse real aquel olor de surcos profundos, incrustado desde hace tanto en alg\u00fan lugar entre su nariz\u00a0<\/span>y su conciencia. Siempre le ocurre en los recesos de las vistas finales, cuando tiene que salir impulsado hacia\u00a0<\/span>el servicio a lavarse fren\u00e9ticamente las manos: es lo \u00fanico que lo alivia. Nadie, sin embargo, conoce su man\u00eda.<\/span><\/div>\n
Nadie imagina que un fiscal del Tribunal Supremo, tan agresivo en los interrogatorios, tan implacable en la lucha\u00a0<\/span>contra<\/span><\/div>\n
la\u00a0pederastia que lo ha hecho medi\u00e1tico, muestre esa debilidad ante un espejo.<\/span><\/div>\n
El fiscal acaba su ceremonia. Y mientras se dirige a la puerta y va recobrando su porte de plomo, desde el\u00a0<\/span>espejo, se lo queda mirando un monaguillo de doce a\u00f1os de ojos asustados, que ha ido a casa de de don<\/span><\/div>\n
Venancio a buscar un paraguas y que recibe las primeras caricias aviesas de unas manos que siempre apestan\u00a0<\/span>a sardinas.<\/span><\/div>\n
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