{"id":2779,"date":"2022-08-22T15:53:37","date_gmt":"2022-08-22T15:53:37","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=2779"},"modified":"2022-08-22T15:53:39","modified_gmt":"2022-08-22T15:53:39","slug":"esla-microrrelato-de-victoria-pelayo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/esla-microrrelato-de-victoria-pelayo\/","title":{"rendered":"Esla – Microrrelato de Victoria Pelayo"},"content":{"rendered":"
F<\/span>ascinado por el movimiento que mec\u00eda el h\u00famedo lecho que ten\u00eda a los pies, olvid\u00f3 durante unos instantes preciosos la p\u00e9rdida de altura. Desprenderse del ala en el aire fue f\u00e1cil y cuando entr\u00f3 en el agua ya se hab\u00eda desabrochado la cremallera del mono hasta la cintura, dentro termin\u00f3 de bajarla y aflojarse las correas del arn\u00e9s. A medida que se hund\u00eda la luz se iba difuminando y antes de quedar en completa oscuridad, pudo ver flotando a su alrededor la enorme tela blanca. Segu\u00eda sin comprender por qu\u00e9 se hund\u00eda a tanta velocidad. Con dificultad se sac\u00f3 los brazos del traje y empez\u00f3 a bajarse los pantalones hasta dar con el duro material de las botas. Fue entonces cuando record\u00f3 las palabras de su mujer en la tienda el d\u00eda que las compraron: No me gusta que tengan cordones, en caso de apuro tardar\u00edas mucho en aflojarlos. Dentro del agua los dedos, enredados con los cordones, se volvieron torpes y lentos, sus movimientos se hicieron cada vez m\u00e1s espaciados, hasta que la oscuridad y el silencio lo envolvieron en la profundidad del embalse.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Fascinado por el movimiento que mec\u00eda el h\u00famedo lecho que ten\u00eda a los pies, olvid\u00f3 durante unos instantes preciosos la p\u00e9rdida de altura. Desprenderse del ala en el aire fue f\u00e1cil y cuando entr\u00f3 en el agua ya se hab\u00eda desabrochado la cremallera del mono hasta la cintura, dentro termin\u00f3 de bajarla y aflojarse las […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":2780,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[10,19,44],"tags":[],"class_list":{"0":"post-2779","1":"post","2":"type-post","3":"status-publish","4":"format-standard","5":"has-post-thumbnail","7":"category-cuentos-cortos","8":"category-los-mejores-cuentos-clasicos","9":"category-microrrelato","10":"czr-hentry"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2779","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=2779"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2779\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/2780"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=2779"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=2779"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=2779"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}