{"id":2924,"date":"2023-01-20T21:46:17","date_gmt":"2023-01-20T21:46:17","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=2924"},"modified":"2023-01-20T21:46:17","modified_gmt":"2023-01-20T21:46:17","slug":"el-frio-microrrelato-de-david-lagmanovich","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/el-frio-microrrelato-de-david-lagmanovich\/","title":{"rendered":"El fr\u00edo: microrrelato de David Lagmanovich:"},"content":{"rendered":"
En este microrrelato, David Lagmanovich (1927-2010) utiliza el recurso de narrar la historia -en realidad una reflexi\u00f3n ajena a una acci\u00f3n directa- desde un personaje innominado que se revela al final y solo ante el lector documentado, pues en ning\u00fan caso es citado en su literalidad. Esta ficci\u00f3n podr\u00eda servir para ilustrar por qu\u00e9 se dice tantas veces que el microrrelato es un g\u00e9nero literario que exige la participaci\u00f3n activa del lector.<\/p>\n
Los est\u00fapidos se mueren de fr\u00edo. Literalmente. La nieve est\u00e1 sembrada de cad\u00e1veres. Mis oficiales no son mucho mejores. Noto en ellos el mismo miedo, la seguridad de la derrota. Si los enemigos fueran superhombres, lo entender\u00eda. Pero los m\u00edos no temen a los hombres: le temen al fr\u00edo. He comenzado a pensar en una retirada. Me equivoqu\u00e9 con ellos, y s\u00f3lo ahora veo la raz\u00f3n: son incapaces de soportar variadas penurias, como en cambio lo aprend\u00ed yo en mi desolada ni\u00f1ez en C\u00f3rcega.<\/span><\/p>\n David Lagmanovich, Menos\u00a0de cien<\/i>\u00a0(Editorial Mart\u00edn, 2007)<\/span><\/p>\n En este microrrelato, David Lagmanovich (1927-2010) utiliza el recurso de narrar la historia -en realidad una reflexi\u00f3n ajena a una acci\u00f3n directa- desde un personaje innominado que se revela al final y solo ante el lector documentado, pues en ning\u00fan caso es citado en su literalidad. Esta ficci\u00f3n podr\u00eda servir para ilustrar por qu\u00e9 se […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":2925,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[10,19,44],"tags":[],"class_list":{"0":"post-2924","1":"post","2":"type-post","3":"status-publish","4":"format-standard","5":"has-post-thumbnail","7":"category-cuentos-cortos","8":"category-los-mejores-cuentos-clasicos","9":"category-microrrelato","10":"czr-hentry"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2924","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=2924"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2924\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/2925"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=2924"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=2924"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=2924"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}<\/h2>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"