{"id":3140,"date":"2023-10-10T20:45:34","date_gmt":"2023-10-10T20:45:34","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=3140"},"modified":"2023-10-10T20:45:34","modified_gmt":"2023-10-10T20:45:34","slug":"el-pozo-ricardo-guiraldes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/el-pozo-ricardo-guiraldes\/","title":{"rendered":"El pozo – Ricardo G\u00fciraldes"},"content":{"rendered":"

Sobre el brocal desdentado del viejo pozo, una cruz de palo ro\u00edda por la carcoma miraba en el fondo su imagen simple. Toda una historia tr\u00e1gica.<\/span><\/p>\n

Hac\u00eda mucho tiempo, cuando fue reci\u00e9n herida la tierra y pura el agua como sangre cristalina, un caminante sudoroso se sent\u00f3 en el borde de la piedra para descansar su cuerpo y refrescar la frente con el aliento que sub\u00eda del tranquilo redondel. All\u00ed le sorprendieron el cansancio, la noche y el sueno; su espalda resbal\u00f3 al apoyo y el hombre se hundi\u00f3 golpeando blandamente en las paredes hasta romper la quietud del disco puro.<\/span><\/p>\n

Ni tiempo para dar un grito o retenerse en las salientes, que le rechazaban brutalmente despu\u00e9s del choque. Hab\u00eda rodado llevando consigo algunos pelmazos de tierra pegajosa. Aturdido por el golpe, se debati\u00f3 sin rumbo en el estrecho cilindro l\u00edquido hasta encontrar la superficie. Sus dedos espasm\u00f3dicos, en el ansia ag\u00f3nica de sostenerse, horadaron el barro rojizo. Luego qued\u00f3 ex\u00e1nime, solo emergida la cabeza, todo el esfuerzo de su ser concentrado en recuperar el ritmo perdido de su respiraci\u00f3n.<\/span><\/p>\n

Con su mano libre tante el cuerpo, en que el dolor nac\u00eda con la vida. Mir\u00f3 hacia arriba: el mismo redondel de antes, m\u00e1s lejano, sin embargo, y en cuyo centro la noche hac\u00eda nacer una estrella t\u00edmidamente.<\/span><\/p>\n

Los ojos se hipnotizaron en la contemplaci\u00f3n del astro peque\u00f1o, que dejaba, hasta el fondo, caer su punto de luz. Unas voces pasaron no lejos, desfiguradas, tenues; un fr\u00edo le mordi\u00f3 del agua y grit\u00f3 un grito que, a fuerza de terror, se le qued\u00f3 en la boca. Hizo un movimiento y el l\u00edquido ondul\u00f3 en torno, denso como mercurio. Un pavor m\u00edstico contrajo sus m\u00fasculos, e impelido por esa nueva y angustiosa fuerza, comenz\u00f3 el ascenso, arrastr\u00e1ndose a lo largo del estrecho tubo h\u00famedo; unos dolores punzantes abri\u00e9ndole las carnes, mirando el fin siempre lejano como en las pesadillas.<\/span><\/p>\n

M\u00e1s de una vez, la tierra insegura cedi\u00f3 su peso, crepitando abajo en lluvia fina; entonces suspend\u00eda su acci\u00f3n tendido de terror, vac\u00edo el pecho, y esperaba inm\u00f3vil la vuelta de sus fuerzas.<\/span><\/p>\n

Sin embargo un mundo insospechado de energ\u00edas nac\u00eda en cada paso; y como por impulso adquirido maquinalmente, mientras se suced\u00edan las impresiones de esperanza y desaliento, lleg\u00f3 al brocal, exhausto, incapaz de saborear el fin de sus martirios. All\u00ed quedaba, medio cuerpo de fuera, anulada la voluntad por el cansancio, viendo delante suyo la forma de un aguaribay como cosa irreal\u2026<\/span><\/p>\n

Alguien pas\u00f3 ante su vista, alg\u00fan paisano del lugar seguramente, y el moribundo alcanz\u00f3 a esbozar un llamado. Pero el movimiento de auxilio que esperaba fue hostil. El gaucho, luego de santiguarse, resbalaba del cinto su fac\u00f3n, cuya empu\u00f1adura, en cruz, tendi\u00f3 hacia el maldito. El infeliz comprendi\u00f3: hizo el \u00faltimo y sobrehumano esfuerzo para hablar; pero una enorme piedra vino a golpearle en la frente, y aquella visi\u00f3n de infierno desapareci\u00f3 como sorbida por la tierra.<\/span><\/p>\n

Ahora todo el pago conoce el pozo maldito, y sobre su brocal, desdentado por los a\u00f1os de abandono, una cruz de madera semipodrida defiende a los cristianos contra las apariciones del malo.<\/span><\/p>\n

FIN<\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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