{"id":3333,"date":"2024-04-13T17:24:13","date_gmt":"2024-04-13T17:24:13","guid":{"rendered":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=3333"},"modified":"2024-04-13T17:24:13","modified_gmt":"2024-04-13T17:24:13","slug":"instrucciones-para-dar-cuerda-a-un-robot-eva-diaz-riobello","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/instrucciones-para-dar-cuerda-a-un-robot-eva-diaz-riobello\/","title":{"rendered":"Instrucciones para dar cuerda a un robot. Eva D\u00edaz Riobello."},"content":{"rendered":"
P<\/span>\u00e1sele suavemente la mano por la pel\u00edcula de piel que lo recubre, d\u00e1ndole calor. Deje que su vello se erice con el cosquilleo de los dedos, sople en el hueco de su oreja, esa caracola rosada y tierna que tienen en la parte superior; acerque algo dulce y especiado a su cavidad olfativa: piel de naranja, canela o clavo, tal vez una flor ex\u00f3tica d\u00e9 buen resultado.<\/p>\n Luego acaricie sus labios con la lengua, mu\u00e9rdalos con delicadeza si es necesario, e intente que el contacto sea intenso, que dure uno o varios minutos, que corte la respiraci\u00f3n, que cause un estallido de electricidad potente para que su coraz\u00f3n se ponga en marcha.<\/p>\n Si es as\u00ed, pronto sentir\u00e1 las palpitaciones en la caja tor\u00e1cica del robot, un golpeteo r\u00edtmico, casi un murmullo, y entonces sus ojos le enfocar\u00e1n, puede que incluso emitan un brillo h\u00famedo, pero no mire directamente a sus pupilas.<\/p>\n No mire, o corre el riesgo de sentir.<\/p>\n No importa qu\u00e9.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" P\u00e1sele suavemente la mano por la pel\u00edcula de piel que lo recubre, d\u00e1ndole calor. Deje que su vello se erice con el cosquilleo de los dedos, sople en el hueco de su oreja, esa caracola rosada y tierna que tienen en la parte superior; acerque algo dulce y especiado a su cavidad olfativa: piel de […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":3334,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[10,19,44],"tags":[],"class_list":{"0":"post-3333","1":"post","2":"type-post","3":"status-publish","4":"format-standard","5":"has-post-thumbnail","7":"category-cuentos-cortos","8":"category-los-mejores-cuentos-clasicos","9":"category-microrrelato","10":"czr-hentry"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3333","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=3333"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3333\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/3334"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=3333"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=3333"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=3333"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}