{"id":3404,"date":"2024-06-01T23:57:28","date_gmt":"2024-06-01T23:57:28","guid":{"rendered":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=3404"},"modified":"2024-06-01T23:57:28","modified_gmt":"2024-06-01T23:57:28","slug":"extremidades-angel-olgoso","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/extremidades-angel-olgoso\/","title":{"rendered":"Extremidades – Angel Olgoso"},"content":{"rendered":"
Iban a demoler el viejo hospital y citaron a los ciudadanos interesados en reclamar sus antiguos despojos corporales, objeto de observaci\u00f3n y estudio durante decenios. Fue la curiosidad lo que me llev\u00f3 a solicitar la pierna que me amputaron, por encima de la rodilla, cuando a\u00fan no hab\u00eda cumplido veinte meses. A aquella tragedia le siguieron a\u00f1os de trato preferente con el mejor art\u00edfice de piezas ortop\u00e9dicas, ap\u00e9ndices m\u00e1s apropiados para la vida en sociedad, y no demasiado molestos; por lo dem\u00e1s, mi mu\u00f1\u00f3n y todo mi organismo aceptaban de buen grado cada nueva incorporaci\u00f3n, como si se supieran regenerados al entrelazar su borde de carne ya endurecida con esos tejidos fr\u00edos, inertes, met\u00e1licos. Ahora, frente a mis ojos, en el formol de un recipiente de cristal, flotaba la extremidad sorprendentemente diminuta, blanca e infantil de un hombre de cuarenta y nueve a\u00f1os. Su visi\u00f3n resultaba m\u00e1s tierna que grotesca: los dedos del pie como migajitas de pan, la rodilla sin se\u00f1ales de hueso, el revoltillo de cabello de \u00e1ngel de las arterias seccionadas del muslo. Este esp\u00edritu gemelo, en su soledad, en su meridiana inocencia, hab\u00eda permanecido inmutable, intacto, a salvo de la carcoma del cansancio, libre del veneno que todos los seres llevamos dentro. Yo crec\u00eda, mientras tanto, ajeno a la entereza de mi extremidad cercenada; me desarrollaba con la indiferencia de la mala hierba que se reconoce in\u00fatil, destinada a una absurda vida de sacrificio y condenada a la fumigaci\u00f3n final. Cuando d\u00edas despu\u00e9s comenc\u00e9 a observar desapasionadamente aquella extremidad m\u00ednima, a pesar del insondable v\u00ednculo que nos un\u00eda, a pesar de su plena indefensi\u00f3n, a pesar de todo, me pareci\u00f3 de pronto un objeto inconcebible, casi monstruoso. Bastaba imaginar su m\u00f3rbido tacto \u2014tan distinto del tranquilizador pulimento de mi pierna ortop\u00e9dica\u2014 para sentir una cierta inquietud, un temor originado m\u00e1s all\u00e1 de las fantas\u00edas de suplantaci\u00f3n. Aloj\u00e9 al ente y a su recept\u00e1culo de cristal en las baldas m\u00e1s altas del s\u00f3tano. All\u00ed lo espiaba d\u00eda y noche, sinti\u00e9ndome observado. Segu\u00eda sus delicadas pero obsesivas evoluciones, meci\u00e9ndose imputrescible en su mundo de infusi\u00f3n, maligno, ignominioso, como esas hienas que al saberse heridas devoran sus propias v\u00edsceras.<\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Iban a demoler el viejo hospital y citaron a los ciudadanos interesados en reclamar sus antiguos despojos corporales, objeto de observaci\u00f3n y estudio durante decenios. Fue la curiosidad lo que me llev\u00f3 a solicitar la pierna que me amputaron, por encima de la rodilla, cuando a\u00fan no hab\u00eda cumplido veinte meses. A aquella tragedia le […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":3405,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[10,19,34],"tags":[],"class_list":{"0":"post-3404","1":"post","2":"type-post","3":"status-publish","4":"format-standard","5":"has-post-thumbnail","7":"category-cuentos-cortos","8":"category-los-mejores-cuentos-clasicos","9":"category-otros","10":"czr-hentry"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3404","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=3404"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3404\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":3406,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3404\/revisions\/3406"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/3405"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=3404"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=3404"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=3404"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}