{"id":471,"date":"2018-08-30T15:40:49","date_gmt":"2018-08-30T15:40:49","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=471"},"modified":"2019-02-23T22:59:35","modified_gmt":"2019-02-23T22:59:35","slug":"la-pantufla-y-el-phanter","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/la-pantufla-y-el-phanter\/","title":{"rendered":"La pantufla y el \u00abPhanter\u00bb"},"content":{"rendered":"
D<\/span>esde la altura de la Torre de Control el campo parec\u00eda un ajado cuero de vaca, seco y\u00a0 arenoso, la mayor parte cubierto por yuyos espinosos\u00a0 por donde escu\u00e1lidas liebres, mimetizadas con el terreno, levantaban sus cabecitas y volv\u00edan a desaparecer en el \u00e1rido paisaje.<\/p>\n La \u00fanica pista operativa apenas se reconoc\u00eda por la convergente l\u00ednea de balizas y la desgastada capa de bitumen que el Comando hab\u00eda prometido reparar seis meses atr\u00e1s. Las pistas secundarias, como las l\u00edneas de Nazca, solo pod\u00edan divisarse desde el aire.<\/p>\n El Comandante de la Base hab\u00eda sido piloto de caza, considerado m\u00e1s entusiasta que profesional, no pudo obtener la jefatura de ning\u00fan Grupo y a pesar de haber sido seleccionado\u00a0 para combatir en Corea, dos semanas antes de su partida, el fin de la guerra frustr\u00f3, otra vez, su m\u00e1s preciado sue\u00f1o.<\/p>\n Un a\u00f1o atr\u00e1s hab\u00eda recibido con cierta desconfianza su designaci\u00f3n como Comandante de una remota Base en el desierto de Arizona, pese a que su jefe, un General por el que nunca hab\u00eda sentido particular confianza, le asegurara, que muy pronto, el min\u00fasculo punto que se\u00f1alaba en el mapa, ser\u00eda un destino envidiado por todos.<\/p>\n Ten\u00eda por costumbre levantarse temprano, a\u00fan antes que despuntase el sol. Tambi\u00e9n los domingos, como era el caso, en que, compartiendo el silencio con el torrero de servicio, dejaba correr la vista por el yermo panorama salpicado aqu\u00ed y all\u00e1 por un heterog\u00e9neo grupo\u00a0 de aeronaves, la mayor\u00eda de las cu\u00e1les no volver\u00edan a volar.<\/p>\n Los dos enormes B-29, le hab\u00edan llamado la atenci\u00f3n desde el primer d\u00eda que los viera. Nadie supo explicarle porque\u00a0 estaban pintados de tan extra\u00f1a manera, uno amarillo y otro verde. El verde era solamente una c\u00e1scara, el amarillo todav\u00eda volaba.<\/p>\n Una l\u00ednea de cuatro P-38 parec\u00edan estar prontos para la acci\u00f3n. Pero la luz del sol no tardar\u00eda en mostrar la corrosiva herrumbre de sus alas, el plexigl\u00e1s destrozado de las carlingas, las desinfladas cubiertas sobre el derretido alquitr\u00e1n de la planchada.<\/p>\n Sent\u00eda que sus peores presentimientos se hab\u00edan cumplido. Lo hab\u00edan desterrado.<\/p>\n Esa certeza absoluta y aciaga lo invad\u00eda invariablemente cu\u00e1ndo deten\u00eda su mirada en los dos F-51 que, tan abandonados como el, yac\u00edan en el extremo m\u00e1s alejado de una de las pistas de emergencia.<\/p>\n Hab\u00eda tenido la ilusi\u00f3n de recuperar uno de ellos. La inspecci\u00f3n que hab\u00eda dispuesto apenas llegado habilitaba esa posibilidad. Pero faltaban algunos repuestos imprescindibles que nunca llegaron.<\/p>\n Y \u00a0ese domingo su persistente frustraci\u00f3n se incrementaba por un hecho bastante ins\u00f3lito.<\/p>\n Un caza naval\u00a0 Grumman F9F, m\u00e1s conocido\u00a0 como \u201cPhanter\u201d, hab\u00eda aterrizado con problemas de alimentaci\u00f3n de combustible el s\u00e1bado, es decir, poco menos de veinticuatro horas antes. En el momento del arribo el Comandante volaba un ajado biplano Stearman a pocos kil\u00f3metros de la Base.<\/p>\n Al escuchar la solicitud del piloto del Phanter para operar en su aer\u00f3dromo regres\u00f3 con intenciones de recibir \u00a0personalmente al Oficial Naval.<\/p>\n En el centro de la vetusta planchada y sus dos hangares cuya arquitectura serial remontaba a los inicios de la segunda guerra, el piloto hab\u00eda\u00a0 estacionado su poderosa m\u00e1quina.<\/p>\n Fascinado por la anacr\u00f3nica imagen, un caza de \u00faltima generaci\u00f3n en medio de un aer\u00f3dromo de mil novecientos cuarenta, no pudo evitar una fugaz agujeta de envidia.<\/p>\n A un costado de la cabina, escrito sobre el brillante azul marino del fuselaje, ley\u00f3 :<\/p>\n Tte. R. \u201c Ricky\u201d Mc Pearson<\/p>\n USS MIDWAY<\/p>\n Sinti\u00f3 que el oscuro sentimiento que hab\u00eda experimentado volv\u00eda por sus fueros.<\/p>\n El MIDWAY hab\u00eda sido uno de los primeros portaaviones en ser desplegado en Corea transportando a su bordo los Grumman F9F.<\/p>\n A su regreso a la patria tripulaci\u00f3n y pilotos hab\u00edan sido tratados como h\u00e9roes.<\/p>\n Y este Mc Pearson- mascull\u00f3 despreciativo- no debe tener m\u00e1s de veinticinco a\u00f1os.<\/p>\n La evidente admiraci\u00f3n de su ayudante por Mc Pearson, seguramente de edades similares, volvieron a oscurecer el rostro del Comandante.<\/p>\n No tardar\u00eda en amanecer. El Comandante fijaba la vista en el \u201cPhanter \u201cestacionado en el \u00faltimo lugar de la l\u00ednea de mantenimiento. Conteniendo las ganas de acercarse, de tocar esas alas gloriosas que hab\u00edan combatido en los cielos coreanos y vuelto a casa.<\/p>\n Finalmente se decidi\u00f3. Bajar\u00eda antes que empezara la actividad en la base y lo descubrieran en su admirativa circunstancia.<\/p>\n Mc Pearson se hab\u00eda comunicado con su ayudante. Seguramente le habr\u00eda contado de su berrinche. La simpat\u00eda que sent\u00eda por el piloto naval era evidente. Seg\u00fan el Grupo de<\/p>\n Mantenimiento el\u201d Phanter,\u201d solucionado el problema t\u00e9cnico, quedar\u00eda en orden de vuelo a mediod\u00eda.<\/p>\n Era, definitivamente, su \u00faltima oportunidad.<\/p>\n Camin\u00f3 lentamente, evitando mostrar a un eventual observador la verdadera urgencia que lo impulsaba.<\/p>\n A medio camino entre la Torre de Control y el \u201cPhanter\u201d volvi\u00f3 la cabeza.<\/p>\n Estaba a salvo de miradas indiscretas.<\/p>\n Los primeros rayos del sol mostraron el contorno del caza recortado sobre la des\u00e9rtica planicie.<\/p>\n Y entonces ocurri\u00f3.<\/p>\n Algo cay\u00f3 del cielo con sorprendente fuerza sobre el inerme\u201d Phanter \u201cy con horr\u00edsono ruido lo redujo a chatarra.<\/p>\n Mientras la sirena de la Torre aullaba la cat\u00e1strofe el Comandante, con inaudible grito de espanto ,cay\u00f3 de rodillas sobre el duro cemento de la planchada.<\/p>\n <\/p>\n ————————————————————-<\/p>\n <\/p>\n <\/p>\n Bajo la mesa del comedor familiar, apoyada sobre el gastado cuero de vaca, Sald\u00edas iba depositando con extremo cuidado los aviones que retiraba de una caja de cart\u00f3n.<\/em><\/p>\n Primero los dos B-29, uno verde y otro amarillo, despu\u00e9s los cuatro P-38, apoy\u00f3 sobre sus \u201cpanzas\u201d a los dos F-51 sin trenes y h\u00e9lices y a su lado el gracioso Stearman.<\/em><\/p>\n Poco a poco complet\u00f3 su variopinta colecci\u00f3n de aviones, arm\u00f3 la Torre de Control con algunas cajas de f\u00f3sforos y aline\u00f3 una ambulancia y un autobomba\u00a0 al costado de las dos latas que constitu\u00edan los hangares.<\/em><\/p>\n Dej\u00f3 para el final el estupendo \u201cPhanter\u201d, la m\u00e1s valorada pieza de su colecci\u00f3n. <\/em><\/p>\n Su hermano, cinco a\u00f1os mayor que \u00e9l, alimentaba su pasi\u00f3n por los aviones compr\u00e1ndole, cu\u00e1ndo pod\u00eda juntar algunas monedas, los nuevos modelos que la Farmacia Mercurio exhib\u00eda en sus vidrieras entre medicamentos y perfumes.<\/em><\/p>\n Su abuelo paterno, que viv\u00eda con ellos, era su aliado m\u00e1s firme, aunque algo chocho y con muchos achaques, su contribuci\u00f3n econ\u00f3mica y clandestina, era constante.<\/em><\/p>\n Su padre limitaba lo que consideraba m\u00e1s que un juego infantil, una incipiente y preocupante obsesi\u00f3n.<\/em><\/p>\n Pero los domingos eran suyos. Se levantaba antes que amaneciese, incluso antes que se abuelo, del que algunos ruidos provenientes de su cuarto le indicaban que no tardar\u00eda en pasar al ba\u00f1o.<\/em><\/p>\n Ansioso por compartir con \u00e9l su \u00faltima adquisici\u00f3n, tom\u00f3 con amoroso cuidado el delicado \u201cPhanter\u201d, lo sostuvo un momento en la palma de su mano y lo ubic\u00f3 en un extremo del cuero, apenas afuera del l\u00edmite protector de la mesa.<\/em><\/p>\n Despu\u00e9s se agach\u00f3 hasta dejar sus ojos a la altura de la Torre y se imagin\u00f3 caminando hacia la estilizada figura del caza.<\/em><\/p>\n Su abuelo ya ven\u00eda. Sus pasos apresurados le indicaban a Sald\u00edas que era presa de la urgencia prost\u00e1tica de todas las ma\u00f1anas<\/em><\/p>\n \u00a0<\/em><\/p>\n Y entonces vio\u00a0 la enorme y ciega pantufla aplastar, con un escalofriante ruido de pl\u00e1stico destrozado, al desafortunado \u201cPhanter\u201d.<\/em><\/p>\n \u00a0<\/em><\/p>\n \u00a0<\/em><\/p>\n \u00a0<\/em><\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0Elbio Firpo<\/em><\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Diciembre 26 de 2016<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Desde la altura de la Torre de Control el campo parec\u00eda un ajado cuero de vaca, seco y\u00a0 arenoso, la mayor parte cubierto por yuyos espinosos\u00a0 por donde escu\u00e1lidas liebres, mimetizadas con el terreno, levantaban sus cabecitas y volv\u00edan a desaparecer en el \u00e1rido paisaje. 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