{"id":785,"date":"2019-02-27T17:44:04","date_gmt":"2019-02-27T17:44:04","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=785"},"modified":"2021-04-28T21:37:17","modified_gmt":"2021-04-28T21:37:17","slug":"el-perro-rabioso-horacio-quiroga","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/el-perro-rabioso-horacio-quiroga\/","title":{"rendered":"El perro rabioso – Horacio Quiroga"},"content":{"rendered":"
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El 20 de marzo de este a\u00f1o, los vecinos de un pueblo del Chaco santafecino persiguieron a un hombre rabioso que en pos de descargar su escopeta contra su mujer, mat\u00f3 de un tiro a un pe\u00f3n que cruzaba delante de \u00e9l. Los vecinos, armados, lo rastrearon en el monte como a una fiera, hall\u00e1ndolo por fin trepado en un \u00e1rbol, con su escopeta a\u00fan, y aullando de un modo horrible. Vi\u00e9ronse en la necesidad de matarlo de un tiro.<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
Marzo 9<\/p>\n
Hoy hace treinta y nueve d\u00edas, hora por hora, que el perro rabioso entr\u00f3 de noche en nuestro cuarto. Si un recuerdo ha de perdurar en mi memoria, es el de las dos horas que siguieron a aquel momento.<\/p>\n
La casa no ten\u00eda puertas sino en la pieza que habitaba mam\u00e1, pues como hab\u00eda dado desde el principio en tener miedo, no hice otra cosa, en los primeros d\u00edas de urgente instalaci\u00f3n, que aserrar tablas para las puertas y ventanas de su cuarto. En el nuestro, y a la espera de mayor desahogo de trabajo, mi mujer se hab\u00eda contentado -verdad que bajo un poco de presi\u00f3n por mi parte- con magn\u00edficas puertas de arpillera. Como est\u00e1bamos en verano, este detalle de riguroso ornamento no da\u00f1aba nuestra salud ni nuestro miedo. Por una de estas arpilleras, la que da al corredor central, fue por donde entr\u00f3 y me mordi\u00f3 el perro rabioso.<\/p>\n
Yo no s\u00e9 si el alarido de un epil\u00e9ptico da a los dem\u00e1s la sensaci\u00f3n de clamor bestial y fuera de toda humanidad que me produce a m\u00ed. Pero estoy seguro de que el aullido de un perro rabioso, que se obstina de noche alrededor de nuestra casa, provocar\u00e1 en todos la misma f\u00fanebre angustia. Es un grito corto, met\u00e1lico, de agon\u00eda, como si el animal boqueara ya, y todo \u00e9l empapado en cuanto de l\u00fagubre sugiere un animal rabioso.<\/p>\n
Era un perro negro, grande, con las orejas cortadas. Y para mayor contrariedad, desde que lleg\u00e1ramos no hab\u00eda hecho m\u00e1s que llover. El monte cerrado por el agua, las tardes r\u00e1pidas y trist\u00edsimas; apenas sal\u00edamos de casa, mientras la desolaci\u00f3n del campo, en un temporal sin tregua, hab\u00eda ensombrecido al exceso el esp\u00edritu de mam\u00e1.<\/p>\n
Con esto, los perros rabiosos. Una ma\u00f1ana el pe\u00f3n nos dijo que por su casa hab\u00eda andado uno la noche anterior, y que hab\u00eda mordido al suyo. Dos noches antes, un perro barcino hab\u00eda aullado feo en el monte. Hab\u00eda muchos, seg\u00fan \u00e9l. Mi mujer y yo no dimos mayor importancia al asunto, pero no as\u00ed mam\u00e1, que comenz\u00f3 a hallar terriblemente desamparada nuestra casa a medio hacer. A cada momento sal\u00eda al corredor para mirar el camino.<\/p>\n
Sin embargo, cuando nuestro chico volvi\u00f3 esa ma\u00f1ana del pueblo, confirm\u00f3 aquello. Hab\u00eda explotado una fulminante epidemia de rabia. Una hora antes acababan de perseguir a un perro en el pueblo. Un pe\u00f3n hab\u00eda tenido tiempo de asestarle un machetazo en la oreja, y el animal, babeando, el hocico en tierra y el rabo entre las patas delanteras, hab\u00eda cruzado por nuestro camino, mordiendo a un potrillo y un chancho que hall\u00f3 en el trayecto.<\/p>\n
M\u00e1s noticias a\u00fan. En la chacra vecina a la nuestra, y esa misma madrugada, otro perro hab\u00eda tratado in\u00fatilmente de saltar el corral de las vacas. Un inmenso perro flaco hab\u00eda corrido a un muchacho a caballo, por la picada del puerto viejo. Todav\u00eda de tarde se sent\u00eda dentro del monte el aullido ag\u00f3nico del perro. Como dato final, a las nueve llegaron al galope dos agentes a darnos la filiaci\u00f3n de los perros rabiosos vistos, y a recomendarnos sumo cuidado.<\/p>\n
Hab\u00eda de sobra para que mam\u00e1 perdiera el resto de animaci\u00f3n que le quedaba. Aunque de una serenidad a toda prueba, tiene terror a los perros rabiosos, a causa de cierta cosa horrible que presenci\u00f3 en su ni\u00f1ez. Sus nervios, ya enfermos por el cielo constantemente encapotado y lluvioso, provoc\u00e1ronle verdaderas alucinaciones de perros que entraban al trote por la portera.<\/p>\n
Hab\u00eda un motivo real para este temor. Aqu\u00ed, como en todas partes donde la gente pobre tiene muchos m\u00e1s perros de los que puede mantener, las casas son todas las noches merodeadas por perros hambrientos, a que los peligros del oficio -un tiro o una mala pedrada- han dado verdadero proceder de fieras. Avanzan al paso, agachados, los m\u00fasculos flojos. No se siente jam\u00e1s su marcha. Roban -si la palabra tiene sentido aqu\u00ed- cu\u00e1nto les exige su atroz hambre. Al menor rumor -no huyen porque esto har\u00eda ruido, sino se alejan al paso, doblando las patas. Al llegar al pasto se agazapan, y esperan as\u00ed, tranquilamente, media o una hora, para avanzar de nuevo.<\/p>\n
De aqu\u00ed la ansiedad de mam\u00e1, pues siendo nuestra casa una de las tantas merodeadas, est\u00e1bamos desde luego amenazados por la visita de los perros rabiosos, que recordar\u00edan el camino nocturno.<\/p>\n
En efecto, esa misma tarde, mientras mam\u00e1, un poco olvidada, iba caminando despacio hacia la portera, o\u00ed su grito:<\/p>\n
-Federico! \u00a1Un perro rabioso!<\/p>\n
Un perro barcino, con el lomo arqueado, avanzaba al trote en ciega l\u00ednea recta. Al verme llegar se detuvo, erizando el lomo. Retroced\u00ed, sin volver el cuerpo, para descolgar la escopeta, pero el animal se fue. Recorr\u00ed in\u00fatilmente el camino, sin volverlo a hallar.<\/p>\n
Pasaron dos d\u00edas. El campo continuaba desolado de lluvia y tristeza, mientras el n\u00famero de perros rabiosos aumentaba. Como no se pod\u00eda exponer a los chicos a un terrible tropiezo en los caminos infestados, la escuela se cerr\u00f3, y la carretera, ya sin tr\u00e1fico, privada de este modo de la bulla escolar que animaba su desamparo, a las siete y a las doce, adquiri\u00f3 l\u00fagubre silencio.<\/p>\n
Mam\u00e1 no se atrev\u00eda a dar un paso fuera del patio. Al menor ladrido miraba sobresaltada hacia la portera, y apenas anochec\u00eda, ve\u00eda avanzar por entre el pasto ojos fosforescentes. Concluida la cena se encerraba en su cuarto, el o\u00eddo atento al m\u00e1s hipot\u00e9tico aullido.<\/p>\n
Hasta que la tercera noche me despert\u00e9, muy tarde ya: ten\u00eda la impresi\u00f3n de haber o\u00eddo un grito, pero no pod\u00eda precisar la sensaci\u00f3n. Esper\u00e9 un rato. Y de pronto un aullido corto, met\u00e1lico, de atroz sufrimiento, tembl\u00f3 bajo el corredor.<\/p>\n
-\u00a1Federico! -o\u00ed la voz traspasada de emoci\u00f3n de mam\u00e1- \u00bfsentiste?<\/p>\n
-S\u00ed -respond\u00ed, desliz\u00e1ndome de la cama. Pero ella oy\u00f3 el ruido.<\/p>\n
-\u00a1Por Dios, es un perro rabioso! \u00a1Federico, no salgas, por Dios! \u00a1Juana! \u00a1Dile a tu marido que no salga! -clam\u00f3 desesperada, dirigi\u00e9ndose a mi mujer.<\/p>\n
Otro aullido explot\u00f3, esta vez en el corredor central, delante de la puerta. Una fin\u00edsima lluvia de escalofr\u00edos me ba\u00f1\u00f3 la m\u00e9dula hasta la cintura. No creo que haya nada m\u00e1s profundamente l\u00fagubre que un aullido de perro rabioso a esa hora. Sub\u00eda tras \u00e9l la voz desesperada de mam\u00e1.<\/p>\n
-\u00a1Federico! \u00a1Va a entrar en tu cuarto! \u00a1No salgas, mi Dios, no salgas! \u00a1Juana! \u00a1Dile a tu marido!\u2026<\/p>\n
-\u00a1Federico! -se cogi\u00f3 mi mujer a mi brazo.<\/p>\n
Pero la situaci\u00f3n pod\u00eda tornarse muy cr\u00edtica si esperaba a que el animal entrara, y encendiendo la l\u00e1mpara descolgu\u00e9 la escopeta. Levant\u00e9 de lado la arpillera de la puerta, y no vi m\u00e1s que el negro tri\u00e1ngulo de la profunda tiniebla de afuera. Tuve apenas tiempo de asomar el cuerpo, cuando sent\u00ed que algo firme y tibio me rozaba el muslo; el perro rabioso se entraba en nuestro cuarto. Le ech\u00e9 violentamente atr\u00e1s la cabeza con un golpe de rodilla, y s\u00fabitamente me lanz\u00f3 un mordisco, que fall\u00f3 en un claro golpe de dientes. Pero un instante despu\u00e9s sent\u00ed un dolor agudo.<\/p>\n
Ni mi mujer ni mi madre se dieron cuenta de que me hab\u00eda mordido.<\/p>\n
-\u00a1Federico! \u00bfQu\u00e9 fue eso? -grit\u00f3 mam\u00e1 que hab\u00eda o\u00eddo mi detenci\u00f3n y la dentellada al aire.<\/p>\n
-Nada: quer\u00eda entrar.<\/p>\n
-\u00a1Oh!\u2026<\/p>\n
De nuevo, y esta vez detr\u00e1s del cuarto de mam\u00e1, el fat\u00eddico aullido explot\u00f3.<\/p>\n
-\u00a1Federico! \u00a1Est\u00e1 rabioso! \u00a1Est\u00e1 rabioso! \u00a1No salgas! -clam\u00f3 enloquecida, sintiendo el animal a un metro de ella.<\/p>\n
Hay cosas absurdas que tienen toda la apariencia de un leg\u00edtimo razonamiento: Sal\u00ed afuera con la l\u00e1mpara en una mano y la escopeta en la otra, exactamente como para buscar a una rata aterrorizada, que me dar\u00eda perfecta holgura para colocar la luz en el suelo y matarla en el extremo de un horc\u00f3n.<\/p>\n
Recorr\u00ed los corredores. No se o\u00eda un rumor, pero de dentro de las piezas me segu\u00eda la tremenda angustia de mam\u00e1 y mi mujer que esperaban el estampido.<\/p>\n
El perro se hab\u00eda ido.<\/p>\n
-\u00a1Federico! -exclam\u00f3 mam\u00e1 al sentirme volver por fin-. \u00bfSe fue el perro?<\/p>\n
-Creo que s\u00ed; no lo veo. Me parece haber o\u00eddo un trote cuando sal\u00ed.<\/p>\n
-S\u00ed, yo tambi\u00e9n sent\u00ed\u2026 Federico: \u00bfno estar\u00e1 en tu cuarto?\u2026 \u00a1No tiene puerta, mi Dios! \u00a1Qu\u00e9date adentro! \u00a1Puede volver!<\/p>\n
En efecto, pod\u00eda volver. Eran las dos y veinte de la ma\u00f1ana. Y juro que fueron fuertes las dos horas que pasamos mi mujer y yo, con la luz prendida hasta que amaneci\u00f3, ella acostada, yo sentado en la cama, vigilando sin cesar la arpillera flotante.<\/p>\n
Antes me hab\u00eda curado. La mordedura era n\u00edtida, dos agujeros violeta, que oprim\u00ed con todas mis fuerzas, y lav\u00e9 con permanganato.<\/p>\n
Yo cre\u00eda muy restrictivamente en la rabia del animal. Desde el d\u00eda anterior se hab\u00eda empezado a envenenar perros, y algo en la actitud abrumada del nuestro me preven\u00eda en pro de la estricnina. Quedaban el f\u00fanebre aullido y el mordisco; pero de todos modos me inclinaba a lo primero. De aqu\u00ed, seguramente, mi relativo descuido con la herida.<\/p>\n
Lleg\u00f3 por fin el d\u00eda. A las ocho, y a cuatro cuadras de casa, un transe\u00fante mat\u00f3 de un tiro de rev\u00f3lver al perro negro que trotaba en inequ\u00edvoco estado de rabia. En seguida lo supimos, teniendo de mi parte que librar una verdadera batalla contra mam\u00e1 y mi mujer para no bajar a Buenos Aires a darme inyecciones. La herida, franca, hab\u00eda sido bien oprimida, y lavada con mordiente lujo de permanganato. Todo esto, a los cinco minutos de la mordedura. \u00bfQu\u00e9 demonios pod\u00eda temer tras esa correcci\u00f3n higi\u00e9nica? En casa concluyeron por tranquilizarse, y como la epidemia -provocada seguramente por una crisis de llover sin tregua como jam\u00e1s se viera aqu\u00ed- hab\u00eda cesado casi de golpe, la vida recobr\u00f3 su l\u00ednea habitual.<\/p>\n
Pero no por ello mam\u00e1 y mi mujer dejaron ni dejan de llevar cuenta exacta del tiempo. Los cl\u00e1sicos cuarenta d\u00edas pesan fuertemente, sobre todo en mam\u00e1, y a\u00fan hoy, con treinta y nueve transcurridos sin el m\u00e1s leve trastorno, ella espera el d\u00eda de ma\u00f1ana para echar de su esp\u00edritu, en un inmenso suspiro, el terror siempre vivo que guarda de aquella noche.<\/p>\n
El \u00fanico fastidio, acaso, que para m\u00ed ha tenido esto, es recordar punto por punto lo que ha pasado. Conf\u00edo en que ma\u00f1ana de noche concluya, con la cuarentena, esta historia, que mantiene fijos en m\u00ed los ojos de mi mujer y de mi madre, como si buscaran en mi expresi\u00f3n el primer indicio de enfermedad.<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
Marzo 10<\/p>\n
\u00a1Por fin! Espero que de aqu\u00ed en adelante podr\u00e9 vivir como un hombre cualquiera, que no tiene suspendidas sobre su cabeza coronas de muerte. Ya han pasado los famosos cuarenta d\u00edas, y la ansiedad, la man\u00eda de persecuciones y los horribles gritos que esperaban de m\u00ed, pasaron tambi\u00e9n para siempre.<\/p>\n
Mi mujer y mi madre han festejado el fausto acontecimiento de un modo particular: cont\u00e1ndome, punto por punto, todos los terrores que han sufrido sin hac\u00e9rmelo ver. El m\u00e1s insignificante desgano m\u00edo las sum\u00eda en mortal angustia:<\/p>\n
-\u00a1Es la rabia que comienza! -gem\u00edan.<\/p>\n
Si alguna ma\u00f1ana me levant\u00e9 tarde, durante horas no vivieron, esperando otro s\u00edntoma. La fastidiosa infecci\u00f3n en un dedo que me tuvo tres d\u00edas febril e impaciente, fue para ellas una absoluta prueba de la rabia que comenzaba, de donde su consternaci\u00f3n, m\u00e1s angustiosa por furtiva.<\/p>\n
Y as\u00ed el menor cambio de humor, el m\u00e1s leve abatimiento, provoc\u00e1ronles, durante cuarenta d\u00edas, otras tantas horas de inquietud.<\/p>\n
No obstante esas confesiones retrospectivas, desagradables siempre para el que ha vivido enga\u00f1ado, a\u00fan con la m\u00e1s arcang\u00e9lica buena voluntad, con todo me he re\u00eddo buenamente.<\/p>\n
-\u00a1Ah, mi hijo! \u00a1No puedes figurarte lo horrible que es para una madre el pensamiento de que su hijo pueda estar rabioso! Cualquier otra cosa\u2026 \u00a1pero rabioso, rabioso!\u2026<\/p>\n
Mi mujer, aunque m\u00e1s sensata, ha divagado tambi\u00e9n bastante m\u00e1s de lo que confiesa. \u00a1Pero ya se acab\u00f3, por suerte! Esta situaci\u00f3n de m\u00e1rtir, de beb\u00e9 vigilado segundo a segundo contra tal disparatada amenaza de muerte, no es seductora, a pesar de todo. \u00a1Por fin, de nuevo! Viviremos en paz, y ojal\u00e1 que ma\u00f1ana o pasado no amanezca con dolor de cabeza, para resurrecci\u00f3n de las locuras.<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
Marzo 15<\/p>\n
Hubiera querido estar absolutamente tranquilo, pero es imposible. No hay ya m\u00e1s, creo, posibilidad de que esto concluya. Miradas de soslayo todo el d\u00eda, cuchicheos incesantes, que cesan de golpe en cuanto oyen mis pasos, un crispante espionaje de mi expresi\u00f3n cuando estamos en la mesa, todo esto se va haciendo intolerable.<\/p>\n
-\u00a1Pero qu\u00e9 tienen, por favor! -acabo de decirles-. \u00bfMe hallan algo anormal, no estoy exactamente como siempre? \u00a1Ya es un poco cansadora esta historia del perro rabioso!<\/p>\n
-\u00a1Pero Federico! -me han respondido, mir\u00e1ndome con sorpresa-. \u00a1Si no te decimos nada, ni nos hemos acordado de eso!<\/p>\n
\u00a1Y no hacen, sin embargo, otra cosa, otra que espiarme noche y d\u00eda, d\u00eda y noche, a ver si la est\u00fapida rabia de su perro se ha infiltrado en m\u00ed!<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
Marzo 18<\/p>\n
Hace tres d\u00edas que vivo como deber\u00eda y desear\u00eda hacerlo toda la vida. \u00a1Me han dejado en paz, por fin, por fin, por fin!<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
Marzo 19<\/p>\n
\u00a1Otra vez! \u00a1Otra vez han comenzado! Ya no me quitan los ojos de encima, como si sucediera lo que parecen desear: que est\u00e9 rabioso. \u00a1C\u00f3mo es posible tanta estupidez en dos personas sensatas! Ahora no disimulan m\u00e1s, y hablan precipitadamente en voz alta de m\u00ed; pero, no s\u00e9 por qu\u00e9, no puedo entender una palabra. En cuanto llego cesan de golpe, y apenas me alejo un paso recomienza el vertiginoso parloteo. No he podido contenerme y me he vuelto con rabia:<\/p>\n
-\u00a1Pero hablen, hablen delante, que es menos cobarde!<\/p>\n
No he querido o\u00edr lo que han dicho y me he ido. \u00a1Ya no es vida la que llevo!<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
8 p.m.<\/p>\n
\u00a1Quieren irse! \u00a1Quieren que nos vayamos! \u00a1Ah, yo s\u00e9 por qu\u00e9 quieren dejarme!\u2026<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
Marzo 20 (6 a.m.)<\/p>\n
\u00a1Aullidos, aullidos! \u00a1Toda la noche no he o\u00eddo m\u00e1s que aullidos! \u00a1He pasado toda la noche despert\u00e1ndome a cada momento! \u00a1Perros, nada m\u00e1s que perros ha habido anoche alrededor de casa! \u00a1Y mi mujer y mi madre han fingido el m\u00e1s perfecto sue\u00f1o, para que yo solo absorbiera por los ojos los aullidos de todos los perros que me miraban!\u2026<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
7 a.m.<\/p>\n
\u00a1No hay m\u00e1s que v\u00edboras! \u00a1Mi casa est\u00e1 llena de v\u00edboras! \u00a1Al lavarme hab\u00eda tres enroscadas en la palangana! \u00a1En el forro del saco hab\u00eda muchas! \u00a1Y hay m\u00e1s! \u00a1Hay otras cosas! \u00a1Mi mujer me ha llenado la casa de v\u00edboras! \u00a1Ha tra\u00eddo enormes ara\u00f1as peludas que me persiguen! \u00a1Ahora comprendo por qu\u00e9 me espiaba d\u00eda y noche! \u00a1Ahora comprendo todo! \u00a1Quer\u00eda irse por eso!<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
7.15 a.m.<\/p>\n
\u00a1El patio est\u00e1 lleno de v\u00edboras! \u00a1No puedo dar un paso! \u00a1No, no!\u2026 \u00a1Socorro!\u2026<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
\u00a1Mi mujer se va corriendo! \u00a1Mi madre se va! \u00a1Me han asesinado!\u2026 \u00a1Ah, la escopeta!\u2026 \u00a1Maldici\u00f3n! \u00a1Est\u00e1 cargada con munici\u00f3n! Pero no importa\u2026<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
\u00a1Qu\u00e9 grito ha dado! Le err\u00e9\u2026 \u00a1Otra vez las v\u00edboras! \u00a1All\u00ed, all\u00ed hay una enorme!\u2026 \u00a1Ay! \u00a1Socorro, socorro!!<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
\u00a1Todos me quieren matar! \u00a1Las han mandado contra m\u00ed, todas! \u00a1El monte est\u00e1 lleno de ara\u00f1as! \u00a1Me han seguido desde casa!\u2026<\/p>\n
Ah\u00ed viene otro asesino\u2026 \u00a1Las trae en la mano! \u00a1Viene echando v\u00edboras en el suelo! \u00a1Viene sacando v\u00edboras de la boca y las echa en el suelo contra m\u00ed! \u00a1Ah! pero ese no vivir\u00e1 mucho\u2026 \u00a1Le pegu\u00e9! \u00a1Muri\u00f3 con todas las v\u00edboras!\u2026 \u00a1Las ara\u00f1as! \u00a1Ay! \u00a1Socorro!!<\/p>\n
* * * * *<\/p>\n
\u00a1Ah\u00ed vienen, vienen todos!\u2026 \u00a1Me buscan, me buscan!\u2026 \u00a1Han lanzado contra m\u00ed un mill\u00f3n de v\u00edboras! \u00a1Todos las ponen en el suelo! \u00a1Y yo no tengo m\u00e1s cartuchos!\u2026 \u00a1Me han visto!\u2026 Uno me apunta\u2026<\/p>\n
FIN<\/p>\n
El 20 de marzo de este a\u00f1o, los vecinos de un pueblo del Chaco santafecino persiguieron a un hombre rabioso que en pos de descargar su escopeta contra su mujer, mat\u00f3 de un tiro a un pe\u00f3n que cruzaba delante de \u00e9l. Los vecinos, armados, lo rastrearon en el monte como a una fiera, hall\u00e1ndolo […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":786,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[10,36,19],"tags":[],"class_list":{"0":"post-785","1":"post","2":"type-post","3":"status-publish","4":"format-standard","5":"has-post-thumbnail","7":"category-cuentos-cortos","8":"category-horacio-quiroga","9":"category-los-mejores-cuentos-clasicos","10":"czr-hentry"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/785","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=785"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/785\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/786"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=785"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=785"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=785"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}