{"id":841,"date":"2019-03-18T14:34:30","date_gmt":"2019-03-18T14:34:30","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=841"},"modified":"2021-04-24T21:03:06","modified_gmt":"2021-04-24T21:03:06","slug":"la-casa-de-asterion-jorge-luis-borges-ver-nota-al-pie","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/la-casa-de-asterion-jorge-luis-borges-ver-nota-al-pie\/","title":{"rendered":"La casa de Asteri\u00f3n – Jorge Luis Borges – Ver nota al pie"},"content":{"rendered":"

Y la reina dio a luz un hijo que se llam\u00f3 Asteri\u00f3n.<\/span><\/em>
Apolodoro:\u00a0Biblioteca, III,I<\/span><\/em><\/p>\n

S\u00e9 que me acusan de soberbia, y tal vez de misantrop\u00eda, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigar\u00e9 a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero tambi\u00e9n es verdad que sus puertas (cuyo n\u00famero es infinito)* est\u00e1n abiertas d\u00eda y noche a los hombres y tambi\u00e9n a los animales. Que entre el que quiera. No hallar\u00e1 pompas mujeriles aqui ni el bizarro aparato de los palacios, pero s\u00ed la quietud y la soledad. Asimismo hallar\u00e1 una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie rid\u00edcula es que yo, Asteri\u00f3n, soy un prisionero. \u00bfRepetir\u00e9 que no hay una puerta cerrada, a\u00f1adir\u00e9 que no hay una cerradura? Por lo dem\u00e1s, alg\u00fan atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volv\u00ed, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se hab\u00eda puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un ni\u00f1o y las toscas plegarias de la grey dijeron que me hab\u00edan reconocido. La gente oraba, hu\u00eda, se prosternaba; unos se encaramaban al estil\u00f3bato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocult\u00f3 bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo; aunque mi modestia lo quiera.<\/p>\n

El hecho es que soy \u00fanico. No me interesa lo que un hombre pueda trasmitir a otros hombres; como el fil\u00f3sofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi esp\u00edritu, que est\u00e1 capacitado para lo grande; jam\u00e1s he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro porque las noches y los d\u00edas son largos.<\/p>\n

Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galer\u00edas de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiraci\u00f3n poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del d\u00eda cuando he abierto los ojos). Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asteri\u00f3n. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo:\u00a0Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien dec\u00eda yo que te gustar\u00eda la canaleta oAhora ver\u00e1s una cisterna que se llen\u00f3 de arena o Ya veras c\u00f3mo el s\u00f3tano se bifurca<\/span>. A veces me equivoco y nos re\u00edmos buenamente los dos.<\/p>\n

No s\u00f3lo he imaginado esos juegos; tambi\u00e9n he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa est\u00e1n muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce (son infinitos) los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tama\u00f1o del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galer\u00edas de piedra gris he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar. Eso no lo entend\u00ed hasta que una visi\u00f3n de la noche me revel\u00f3 que tambi\u00e9n son catorce (son infinitos) los mares y los templos. Todo est\u00e1 muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado Sol; abajo, Asteri\u00f3n. Quiz\u00e1 yo he creado las estrellas y el Sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.<\/p>\n

Cada nueve a\u00f1os entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galer\u00edas de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cad\u00e1veres ayudan a distinguir una galer\u00eda de las otras. Ignoro qui\u00e9nes son, pero s\u00e9 que uno de ellos profetiz\u00f3, en la hora de su muerte, que, alguna vez llegar\u00eda mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad, porque s\u00e9 que vive mi redentor y al fin se levantar\u00e1 sobre el polvo. Si mi o\u00eddo alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibir\u00eda sus pasos. Ojal\u00e1 me lleve a un lugar con menos galer\u00edas y menos puertas. \u00bfC\u00f3mo ser\u00e1 mi redentor?, me pregunto. \u00bfSer\u00e1 un toro o un hombre? \u00bfSer\u00e1 tal vez un toro con cara de hombre? \u00bfO ser\u00e1 como yo?<\/p>\n

El Sol de la ma\u00f1ana reverber\u00f3 en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.<\/p>\n

-\u00bfLo creer\u00e1s, Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendi\u00f3.<\/p>\n

FIN<\/p>\n


\n

* El original dice\u00a0catorce, pero sobran motivos para inferir que en boca de Asteri\u00f3n, ese adjetivo numeral vale por\u00a0infinitos.<\/span><\/p>\n

A<\/span>steri\u00f3n<\/p>\n

Es el\u00a0personaje principal<\/a>\u00a0y narrador del relato. Asteri\u00f3n es el nombre propio del\u00a0Minotauro<\/a>, quien vive en el\u00a0laberinto<\/a>\u00a0de\u00a0Creta<\/a>\u00a0(construido por\u00a0D\u00e9dalo<\/a>), y siente al mismo como su casa. Asteri\u00f3n vive en la soledad del laberinto esperando a su\u00a0redentor<\/a>; para \u00e9l, la persona que lo asesine lo liberar\u00e1 de su condici\u00f3n de\u00a0monstruo<\/a>. \u00c9l es capaz de notar la diferencia entre su aspecto y el de los dem\u00e1s habitantes de la ciudad, pero adjudica estas diferencias a su sangre real, causada por ser hijo de una reina.<\/em><\/p>\n

La imaginaci\u00f3n es lo \u00fanico que le permite hacer la soledad m\u00e1s tolerable. La muerte es para \u00e9l una especie de liberaci\u00f3n de todo mal; as\u00ed como \u00e9l redime a los hombres que entran al laberinto.<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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