{"id":894,"date":"2019-04-12T12:02:41","date_gmt":"2019-04-12T12:02:41","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=894"},"modified":"2021-04-24T21:06:02","modified_gmt":"2021-04-24T21:06:02","slug":"casa-tomada-julio-cortazar","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/casa-tomada-julio-cortazar\/","title":{"rendered":"Casa tomada – Julio Cort\u00e1zar"},"content":{"rendered":"
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Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la m\u00e1s ventajosa liquidaci\u00f3n de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.<\/p>\n

Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa pod\u00edan vivir ocho personas sin estorbarse. Hac\u00edamos la limpieza por la ma\u00f1ana, levant\u00e1ndonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las \u00faltimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorz\u00e1bamos al mediod\u00eda, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y c\u00f3mo nos bast\u00e1bamos para mantenerla limpia. A veces lleg\u00e1bamos a creer que era ella la que no nos dej\u00f3 casarnos. Irene rechaz\u00f3 dos pretendientes sin mayor motivo, a m\u00ed se me muri\u00f3 Mar\u00eda Esther antes que lleg\u00e1ramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta a\u00f1os con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealog\u00eda asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos morir\u00edamos all\u00ed alg\u00fan d\u00eda, vagos y esquivos primos se quedar\u00edan con la casa y la echar\u00edan al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltear\u00edamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.<\/p>\n

Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del d\u00eda tejiendo en el sof\u00e1 de su dormitorio. No s\u00e9 por qu\u00e9 tej\u00eda tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era as\u00ed, tej\u00eda cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para m\u00ed, ma\u00f1anitas y chalecos para ella. A veces tej\u00eda un chaleco y despu\u00e9s lo destej\u00eda en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el mont\u00f3n de lana encrespada resisti\u00e9ndose a perder su forma de algunas horas. Los s\u00e1bados iba yo al centro a comprarle lana; Irene ten\u00eda fe en mi gusto, se complac\u00eda con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librer\u00edas y preguntar vanamente si hab\u00eda novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.<\/p>\n

Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qu\u00e9 hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover est\u00e1 terminado no se puede repetirlo sin esc\u00e1ndalo. Un d\u00eda encontr\u00e9 el caj\u00f3n de abajo de la c\u00f3moda de alcanfor lleno de pa\u00f1oletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercer\u00eda; no tuve valor para preguntarle a Irene qu\u00e9 pensaba hacer con ellas. No necesit\u00e1bamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entreten\u00eda el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a m\u00ed se me iban las horas vi\u00e9ndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.<\/p>\n

C\u00f3mo no acordarme de la distribuci\u00f3n de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte m\u00e1s retirada, la que mira hacia Rodr\u00edguez Pe\u00f1a. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde hab\u00eda un ba\u00f1o, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zagu\u00e1n con may\u00f3lica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zagu\u00e1n, abr\u00eda la cancel y pasaba al living; ten\u00eda a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conduc\u00eda a la parte m\u00e1s retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y mas all\u00e1 empezaba el otro lado de la casa, o bien se pod\u00eda girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo m\u00e1s estrecho que llevaba a la cocina y el ba\u00f1o. Cuando la puerta estaba abierta advert\u00eda uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresi\u00f3n de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo viv\u00edamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca \u00edbamos m\u00e1s all\u00e1 de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es incre\u00edble c\u00f3mo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires ser\u00e1 una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una r\u00e1faga se palpa el polvo en los m\u00e1rmoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macram\u00e9; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento despu\u00e9s se deposita de nuevo en los muebles y los pianos.<\/p>\n

Lo recordar\u00e9 siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias in\u00fatiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurri\u00f3 poner al fuego la pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuch\u00e9 algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido ven\u00eda impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversaci\u00f3n. Tambi\u00e9n lo o\u00ed, al mismo tiempo o un segundo despu\u00e9s, en el fondo del pasillo que tra\u00eda desde aquellas piezas hasta la puerta. Me tir\u00e9 contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerr\u00e9 de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y adem\u00e1s corr\u00ed el gran cerrojo para m\u00e1s seguridad.<\/p>\n

Fui a la cocina, calent\u00e9 la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:<\/p>\n

-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo.<\/p>\n

Dej\u00f3 caer el tejido y me mir\u00f3 con sus graves ojos cansados.<\/p>\n

-\u00bfEst\u00e1s seguro?<\/p>\n

Asent\u00ed.<\/p>\n

-Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado.<\/p>\n

Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tard\u00f3 un rato en reanudar su labor. Me acuerdo que me tej\u00eda un chaleco gris; a m\u00ed me gustaba ese chaleco.<\/p>\n

Los primeros d\u00edas nos pareci\u00f3 penoso porque ambos hab\u00edamos dejado en la parte tomada muchas cosas que quer\u00edamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene pens\u00f3 en una botella de Hesperidina de muchos a\u00f1os. Con frecuencia (pero esto solamente sucedi\u00f3 los primeros d\u00edas) cerr\u00e1bamos alg\u00fan caj\u00f3n de las c\u00f3modas y nos mir\u00e1bamos con tristeza.<\/p>\n

-No est\u00e1 aqu\u00ed.<\/p>\n

Y era una cosa m\u00e1s de todo lo que hab\u00edamos perdido al otro lado de la casa.<\/p>\n

Pero tambi\u00e9n tuvimos ventajas. La limpieza se simplific\u00f3 tanto que aun levant\u00e1ndose tard\u00edsimo, a las nueve y media por ejemplo, no daban las once y ya est\u00e1bamos de brazos cruzados. Irene se acostumbr\u00f3 a ir conmigo a la cocina y ayudarme a preparar el almuerzo. Lo pensamos bien, y se decidi\u00f3 esto: mientras yo preparaba el almuerzo, Irene cocinar\u00eda platos para comer fr\u00edos de noche. Nos alegramos porque siempre resultaba molesto tener que abandonar los dormitorios al atardecer y ponerse a cocinar. Ahora nos bastaba con la mesa en el dormitorio de Irene y las fuentes de comida fiambre.<\/p>\n

Irene estaba contenta porque le quedaba m\u00e1s tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a mi hermana me puse a revisar la colecci\u00f3n de estampillas de pap\u00e1, y eso me sirvi\u00f3 para matar el tiempo. Nos divert\u00edamos mucho, cada uno en sus cosas, casi siempre reunidos en el dormitorio de Irene que era m\u00e1s c\u00f3modo. A veces Irene dec\u00eda:<\/p>\n

-Fijate este punto que se me ha ocurrido. \u00bfNo da un dibujo de tr\u00e9bol?<\/p>\n

Un rato despu\u00e9s era yo el que le pon\u00eda ante los ojos un cuadradito de papel para que viese el m\u00e9rito de alg\u00fan sello de Eupen y Malm\u00e9dy. Est\u00e1bamos bien, y poco a poco empez\u00e1bamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.<\/p>\n

(Cuando Irene so\u00f1aba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sue\u00f1os y no de la garganta. Irene dec\u00eda que mis sue\u00f1os consist\u00edan en grandes sacudones que a veces hac\u00edan caer el cobertor. Nuestros dormitorios ten\u00edan el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos o\u00edamos respirar, toser, present\u00edamos el adem\u00e1n que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios.<\/p>\n

Aparte de eso todo estaba callado en la casa. De d\u00eda eran los rumores dom\u00e9sticos, el roce met\u00e1lico de las agujas de tejer, un crujido al pasar las hojas del \u00e1lbum filat\u00e9lico. La puerta de roble, creo haberlo dicho, era maciza. En la cocina y el ba\u00f1o, que quedaban tocando la parte tomada, nos pon\u00edamos a hablar en voz m\u00e1s alta o Irene cantaba canciones de cuna. En una cocina hay demasiados ruidos de loza y vidrios para que otros sonidos irrumpan en ella. Muy pocas veces permit\u00edamos all\u00ed el silencio, pero cuando torn\u00e1bamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se pon\u00eda callada y a media luz, hasta pis\u00e1bamos despacio para no molestarnos. Yo creo que era por eso que de noche, cuando Irene empezaba a so\u00f1ar en alta voz, me desvelaba en seguida.)<\/p>\n

Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias. De noche siento sed, y antes de acostarnos le dije a Irene que iba hasta la cocina a servirme un vaso de agua. Desde la puerta del dormitorio (ella tej\u00eda) o\u00ed ruido en la cocina; tal vez en la cocina o tal vez en el ba\u00f1o porque el codo del pasillo apagaba el sonido. A Irene le llam\u00f3 la atenci\u00f3n mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el ba\u00f1o, o en el pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro.<\/p>\n

No nos miramos siquiera. Apret\u00e9 el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos hacia atr\u00e1s. Los ruidos se o\u00edan m\u00e1s fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerr\u00e9 de un golpe la cancel y nos quedamos en el zagu\u00e1n. Ahora no se o\u00eda nada.<\/p>\n

-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perd\u00edan debajo. Cuando vio que los ovillos hab\u00edan quedado del otro lado, solt\u00f3 el tejido sin mirarlo.<\/p>\n

-\u00bfTuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunt\u00e9 in\u00fatilmente.<\/p>\n

-No, nada.<\/p>\n

Est\u00e1bamos con lo puesto. Me acord\u00e9 de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.<\/p>\n

Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rode\u00e9 con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos as\u00ed a la calle. Antes de alejarnos tuve l\u00e1stima, cerr\u00e9 bien la puerta de entrada y tir\u00e9 la llave a la alcantarilla. No fuese que a alg\u00fan pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.<\/p>\n

FIN<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la m\u00e1s ventajosa liquidaci\u00f3n de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia. Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":895,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[10,33,19],"tags":[],"class_list":{"0":"post-894","1":"post","2":"type-post","3":"status-publish","4":"format-standard","5":"has-post-thumbnail","7":"category-cuentos-cortos","8":"category-julio-cortazar","9":"category-los-mejores-cuentos-clasicos","10":"czr-hentry"},"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/894","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=894"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/894\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/895"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=894"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=894"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=894"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}