{"id":963,"date":"2019-05-14T21:22:04","date_gmt":"2019-05-14T21:22:04","guid":{"rendered":"http:\/\/tecuentoalgo.com\/?p=963"},"modified":"2021-04-24T21:06:02","modified_gmt":"2021-04-24T21:06:02","slug":"lejanias-elbio-firpo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/tecuentoalgo.com\/lejanias-elbio-firpo\/","title":{"rendered":"Lejan\u00edas – Elbio Firpo"},"content":{"rendered":"

\u201c<\/span> M\u00e1s all\u00e1 de los cincuenta empezamos a morirnos poco <\/em>a poco en otras muertes.<\/em>\u201d<\/p>\n

Julio Cort\u00e1zar<\/p>\n

Para Sald\u00edas, descubrir que era un anciano, no debi\u00f3  ser una sorpresa. Quiz\u00e1s fuera el espejo, el enga\u00f1oso espejo del ba\u00f1o donde realizaba sus abluciones diarias y que reflejaba tan imperceptiblemente el paso del tiempo sin que el reflejado -siempre elusivo a la franca mirada del azogue- pudiera, o quisiera-detenerse m\u00e1s all\u00e1 de lo necesario, en su arrugada morfolog\u00eda facial. Excepto cu\u00e1ndo la espuma de afeitar la cubr\u00eda. Entonces, aceptada la abrupta y quebrada geometr\u00eda de su nariz surgiendo como un iceberg en medio de la nieve, reconoc\u00eda un par de ojos casta\u00f1os apoyando su cansancio \u2013 o su tristeza- en las mullidas y oscuras ojeras que hac\u00edan juego.<\/p>\n

Pero el golpe de gracia se lo hab\u00eda dado su sobrina. La que viv\u00eda en Chile cu\u00e1ndo la llam\u00f3-como todos los a\u00f1os- para felicitarla por su cumplea\u00f1os.<\/p>\n

_ \u00a1 Pero Rolando \u00a1 – ella nunca lo hab\u00eda llamado t\u00edo- \u00bfC\u00f3mo me preguntas cu\u00e1ntos a\u00f1os? \u2013 Son cincuenta y tres pirulos\u2026y te olvidas que soy triplemente abuela.<\/p>\n

_ Rolandito  querido\u2026 \u00bf Y vos cuantos? \u2026. And\u00e1 sacando la cuenta-dijo divertida- pero no  te preocupes a la distancia tu voz suena igual que cu\u00e1ndo nos asustabas con tus cuentos de terror y nos costaba dormirnos\u2026aquellos amables sobresaltos que tanto esper\u00e1bamos en la casona de los abuelos los domingos de tarde\u2026<\/p>\n

Hab\u00eda colgado apesadumbrado. Ver\u00f3nica le hab\u00eda recordado los veinte a\u00f1os que los separaban y la cuenta le lleg\u00f3 como un sopapo.<\/p>\n

Ver\u00f3nica, la mayor de sus tres sobrinas, acompa\u00f1ando a su hermano y aquel otro espejo con que le hac\u00edan se\u00f1ales al cielo. Y \u00e9l se dejaba caer  encima de los botes de los pescadores, de los distra\u00eddos ba\u00f1istas del balneario, de los ni\u00f1os que se pondr\u00edan a llorar y recordar\u00edan toda la vida el d\u00eda en que un aviador loco les pas\u00f3 zumbando sobre sus cabezas.<\/p>\n

_ Nunca me olvidar\u00e9 de ese d\u00eda- le hab\u00eda dicho- en el almac\u00e9n del viejo Carreras no se hablaba de otra cosa y del olor a queros\u00e9n tibio que hab\u00eda quedado en la playa\u2026yo tuve ganas de decir que hab\u00edas sido vos, mi t\u00edo\u2026pero no me anim\u00e9.<\/p>\n

El aparente asombro de Sald\u00edas  por aceptar su senectud, corr\u00eda pareja con su elevada presi\u00f3n arterial  y su reticencia en admitirlo. Cuando finalmente lo hac\u00eda, siempre temeroso, volv\u00eda a tomar la medicaci\u00f3n prescripta. La negaci\u00f3n de lo evidente era la pueril e in\u00fatil defensa contra lo inevitable.<\/p>\n

Pero su sobrina\u2026 \u00bf Pensaba realmente que viv\u00eda en el pasado? En todo caso- razonaba molesto- podr\u00eda haber utilizado el verbo rememorar.<\/p>\n

Debi\u00f3 hab\u00e9rselo dicho. Responderle que no se qued\u00f3 en el tiempo de los radioteatros \u2013 se contest\u00f3 a si mismo despectivo- y que, para mayor contundencia utilizaba la tecnolog\u00eda cibern\u00e9tica a la par de muchos j\u00f3venes. Las cientos de fotos que hab\u00eda recuperado- le gustaba decir \u201cscaneo\u201d-  archivadas en carpetas con nombres y fechas eran una prueba evidente.<\/p>\n

Y no solo eso. Utilizando el zoom, era capaz de acercar los rostros de las personas como \u201c como si las tuviera all\u00ed\u201d, tan pr\u00f3ximas que, en ocasiones, a punto estuvo de iniciar un di\u00e1logo. Pero por supuesto se hab\u00eda dado cuenta y r\u00e1pidamente pasaba a otras im\u00e1genes.<\/p>\n

Ayer, sin ir m\u00e1s lejos, se detuvo en una de sus preferidas. Tan incre\u00edblemente di\u00e1fana y luminosa.<\/p>\n

Los tres posando debajo de la tobera de escape de un T-33 cuyo n\u00famero, 202, se distingue en su fuselaje. Al extremo izquierdo sonriendo con su casco rojo. Su amigo, al centro, le apoya un brazo en el hombro. El tercero entorna los ojos mientras mira la c\u00e1mara.<\/p>\n

Una semana despu\u00e9s estar\u00eda muerto.<\/p>\n

Una laguna oscura y unos \u00e1rboles muy altos le impidieron el paso.<\/p>\n

Arriba la escuadrilla \u201c Cocodrilos\u201d trepaba en un looping.<\/p>\n

Si existiese la sensaci\u00f3n de lejan\u00eda podr\u00eda definirse como la inexplicable experiencia de estar  lejos en el tiempo y en el espacio.<\/p>\n

Y as\u00ed se sent\u00eda Sald\u00edas cuando, sin poder conciliar el sue\u00f1o, se sumergi\u00f3 en su archivo.<\/p>\n

Dej\u00f3 de lado los \u201cslides\u201d y las fotos en colores, su inmersi\u00f3n era m\u00e1s profunda. No se detendr\u00eda en un par de metros donde la luz del sol iluminaba el pol\u00edcromo paisaje.<\/p>\n

Sobre el fondo sepia de la memoria y los arroyos secretos surg\u00edan, en blanco y negro, decenas de im\u00e1genes. En algunas, muy pocas, el fot\u00f3grafo aparec\u00eda con rostro muy serio. Su lugar era detr\u00e1s de la Kodak de \u201ccaj\u00f3n\u201d retratando la fragilidad de su peque\u00f1o mundo.<\/p>\n

Por la ventana entreabierta se filtr\u00f3 una brisa fresca que lo estremeci\u00f3 ligeramente. Un escozor amable y lejano crec\u00eda desde la planta de sus pies.<\/p>\n

\u201c Descalzo sobre el pasto h\u00famedo, cubierto con un traje de ba\u00f1o de lana que le queda grande, el peque\u00f1o Sald\u00edas espera inm\u00f3vil.<\/em><\/p>\n

A su frente los dos trampolines. En el m\u00e1s alto, su hermano de trece a\u00f1os, se prepara sobre la punta de la tabla. Su hermana menor rodea la pierna de su madre mientras se chupa el dedo pulgar.<\/em><\/p>\n

Su padre apunta la Kodak buscando el punto exacto en el cu\u00e1l ,  impulso y gravedad, detendr\u00e1n por un instante, el vuelo de su hermano.<\/em><\/p>\n

El modesto arroyo San Francisco discurre lentamente escondido entre las sierras minuanas. En el ensanche natural de su meandro , flota una balsa de tanques y maderos y un par de boyas multicolores. <\/em><\/p>\n

Despu\u00e9s su mansa corriente se pierde entre rocas, sauces y arbustos sin nombre.<\/em><\/p>\n

Con exactos movimientos, la delgada figura se desprende de la tabla. Se eleva con los brazos extendidos y la cabeza en alto. Su cuerpo es un arco tenso que  quiebra en un instante para hundirse en el agua con precisi\u00f3n de aguja.<\/em><\/p>\n

Entonces , mientras su hermano trepa \u00e1gil la escalera saliendo del agua, corre a recibirlo y se abraza orgulloso a la frescura de su cuerpo.<\/em><\/p>\n

_ Cu\u00e1ndo dejes el flotador- le dice sonriendo- te ense\u00f1o a saltar.<\/em><\/p>\n

Y estrechando su abrazo Sald\u00edas  se repite interiormente.<\/em><\/p>\n

_ Mi hermano es el mejor de todos.<\/em><\/p>\n

   Y yo lo adoro.\u201d<\/em>                                            E. Firpo.2017<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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