Una vez más nos referimos a un tema de principios y no de partidarismos. En este caso, nada más y nada menos que a la libertad.
Muchas veces hemos escuchado que los países nórdicos son un modelo a imitar por sus beneficios sociales. Pero rara vez se los pone como ejemplo de libertad.
La Ministra de Salud de Noruega Sylvi Listhaug en una entrevista concedida el lunes a la televisora estatal NRK, afirmó que los ciudadanos deben ser libres para fumar, beber, y comer carnes rojas sin restricciones. «No pretendo ser una policía moral, y no voy a decirle a la gente cómo deben vivir sus vidas, pero quiero ayudarles a obtener información que formará las bases para tomar decisiones (…) creo que la gente sabe lo que es saludable y lo que no lo es», manifestó.
«Aunque fumar es perjudicial, los adultos deben decidir por sí mismos lo que hacen. La única cosa que debemos hacer como gobernantes es proporcionar información para que puedan tomar decisiones ponderadas. Por eso debemos concebir una estrategia que llegue a los jóvenes antes de que empiecen a fumar «, añadió la ministra, según recoge la cadena BBC.
En nuestro medio, muchos gobernantes se confunden y se auto adjudican potestades de las que legítimamente carecen. Así, creyéndose con el derecho a “prohibir” como si fueran los dueños de nuestra vida, no nos dejan fumar, nos quitan la sal de la mesa en los restaurantes, nos miden la alcoholemia de modo que no podamos cenar con vino o cerveza, nos “acorralan” en una mutualista sin poder optar por otra, nos ordenan «bancarizarnos» obligatoriamente y tampoco permiten que los actores de teatro simulen una “pitada” porque estarían incentivando las malas costumbres. Poco a poco avanzan sobre nuestra libertad, minimizando, menospreciando y despreciando nuestra propia capacidad de decidir. Claro, estamos en el «tercer mundo», con severos problemas de educación.
Naturalmente es un avasallamiento con sesgos de autoritarismo. Porque como dice la ministra de Noruega, el deber de los gobernantes no es decidir por nosotros sino informar para que cada uno, en el uso de su libertad y autodeterminación, pueda tomar decisiones más inteligentes.
Después se quejan del déficit de la seguridad social porque “es un país con demasiados viejos”. Quizás sería mejor que nos dejen morir antes, eligiendo nuestros venenos, libremente…
Juan Garat