—¡He creado un monstruo! —exclamó el doctor Frankenstein, ufano. Había jugado a ser Dios y había ganado.
La alegría le duró hasta la mañana siguiente, cuando leyó la crítica:
“Se le ven las costuras.”
—¡He creado un monstruo! —exclamó el doctor Frankenstein, ufano. Había jugado a ser Dios y había ganado.
La alegría le duró hasta la mañana siguiente, cuando leyó la crítica:
“Se le ven las costuras.”
«Dudo que toda la filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a lo sumo le cambiarán el nombre.» Marguerite Yourcenar. La […]
“ EL hombre es ese ser que se angustia. La experiencia de la angustia es la experiencia de la nada. Y la […]
¡El rajá se aburre! ¡Ah, sí, se aburre el rajá! ¡Se aburre como quizá nunca se aburrió en su vida! (¡Y Buda […]
Un campesino chino se fue a la ciudad para vender la cosecha de arroz y su mujer le pidió que no se […]