HISTORIA DE AMÉRICA – EL VÉRTICE DE LA CRISTIANDAD INDIANA (1492 – 1542)

Primera de una serie de entregas

Propuesta

La Cristiandad Indiana es un modelo que identifica a una sociedad cuya característica sobresaliente es su conformación bajo los cánones de la religión cristiana en íntima relación con la actuación política e institucional del Estado español. Con la independencia de las colonias declina su vigencia para adoptar otras denominaciones. A partir de allí sobrevive el concepto de cultura cristiana.

El periodo abarcado (1492-1542) se inicia en el momento del descubrimiento por sus claras connotaciones históricas y culmina hacia 1542, siendo su referencia puntual las Leyes Nuevas promulgadas por el rey español Carlos I sobre la protección a los indígenas. Se agrega otra situación relevante constituida por la creación del Virreinato del Perú, acontecimiento que define la extensión geográfica e integración política del Reino de Indias sin dejar de tener en cuenta aquellos territorios disputados o en proceso de ocupación efectiva.

El descubrimiento, conquista y colonización de Hispanoamérica tiene, como proceso único e irrepetible, sus singularidades. España como actor principal tiene un modelo que traslada a América. Está en sus formas y su contenido: son sus instituciones políticas, el desarrollo a partir de la fundación de ciudades, su poblamiento, la distribución de tierras, más tarde el resabio feudal de las encomiendas; el derecho romano y canónico codificado por el rey Alfonso El Sabio, las instituciones religiosas y sus representantes, la evangelización ligada a la enseñanza. Otra cuestión la constituye la aplicación del modelo. Es el punto de partida para el éxito o el fracaso. En este estado de cosas emergen dos figuras consulares: el conquistador-poblador-colonizador y el clérigo.

El control efectivo realizado por la Corona sobre la conquista, su dedicación completa más allá de la inmensidad del océano, su ética de claro signo cristiano y humanista, el respeto por la teoría contractual, la respuesta adecuada a los más diversos temas originados en América que llegan a España a través de la Casa de Contratación y el Consejo de Indias o las propias Audiencias americanas; toda una dinámica de gestión y administración constituyen un mérito grande para la Corona española. Impredecible es la naturaleza humana, fuerte son los intereses económicos y de comercio, los beneficios exigidos por el español que vive la aventura indiana, el uso del poder de los gobernantes; ¡cuánta complejidad y diversidad!

El elemento humano y su conformación espiritual son los dos elementos sustanciales que construyen nuestra cristiandad indiana. Aquél desde distintos orígenes raciales observa el cambio de una mezcla de sangre; su aculturación implica una nueva realidad social. No hay sincretismo, ni síntesis posible. No vale tampoco el juicio sesgado. La comunidad indiana es una realidad que se impone y madura.

Próxima entrega: “El origen de un continente”.

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