BEMÉRITOS DE LA NAVEGACIÓN VISUAL

Me han desplegado sobre una mesa de patas largas que pertenece a la Sala de Operaciones de la Base Aérea. Me han asignado el título de Carta Aeronáutica a una escala de 1/1.000.000. Mi contorno revela los límites del Uruguay y exhibo, con la elegancia de una obra de arte, una definida policromía que puede interpretarse a través de las referencias que pueden leerse en el extremo derecho. Con el título de matices hipsométricos señalo con énfasis que el cero absoluto está al nivel del mar. Con un verde amigable revelo que la tercera parte del Uruguay no supera los cien metros de altitud; de allí en más los tonos de marrones se extienden en las dos terceras partes para señalarles al navegante, mediante el diseño de unas curvas de nivel, que en esta geografía las elevaciones del terreno no alcanzan los 600 metros de altitud. No es difícil por lo tanto seguir las caprichosas formas de las suaves estribaciones y discernir desde ellas las conocidas divisorias de aguas. Sorprende sí las innumerables vías fluviales cuya exuberancia sedujo    –según comentan- al gobernador Hernandarias cuando despuntaba el siglo XVII. Aquí muestro, con elegancia, a los grandes ríos míticos expresión de una geografía humana e histórica: el río Uruguay cuya toponimia incorpora el registro de la aborigen raza guaraní; más allá el Paraná regional, caudaloso y de comunicación profunda; más acá la interioridad del río Negro.

Pero eso no es todo. También pueden visualizar las obras de arte que el hombre ha construido: en color amarillo la dimensión de una ciudad, villa o pueblo; en rojo las rutas de comunicación terrestre, en negro las vías férreas, estaciones, puentes. A estos signos convencionales le agrego en un color violeta la información aeronáutica: aeródromos, instalaciones de radio, servicios de tránsito aéreo, restricciones del espacio aéreo, ayudas visuales.

Ahora observo, con serena alegría, cómo el piloto-navegante ha deslizado sobre mí extendida fisonomía un Plotter y marcado con una línea un aeródromo de origen y otro de destino. Mi envanecido orgullo se manifiesta plenamente cuando –en pleno vuelo- el operador descubre una y mil veces que todo lo que en mí está representado es el fiel reflejo de lo que él observa, con admiración, en la superficie terrestre…

Aunque soy transparente, mi constitución revela fortaleza y elegancia. Soy conocido como Plotter y me identifican por un semicírculo de la Rosa de los Vientos y una regla numérica. Colocado sobre una Carta de Navegación Visual puedo establecer con invalorable certeza el Rumbo Geográfico que demanda el piloto en su planificación de un vuelo y medir las distancias que ha establecido entre los consecuentes puntos de control que ha marcado en su ruta de vuelo. Sabedor que la tierra no es una esfera perfecta y que la distancia más corta entre dos lugares cualquieras está a lo largo del círculo máximo, me esfuerzo en prevenir al operador el aserto que establece que la derrota loxodrómica que ofrezco no representa la distancia más corta pero le asegura llegar con precisión a su aeródromo de destino. Cuando el lápiz del piloto-navegante se desliza por uno de mis lados plagado de números y luego manipula el semicírculo para establecer el rumbo geográfico, experimento el sencillo reconocimiento que otorga el cumplimiento de la misión encomendada.

El piloto-navegante, presumido operador de aviones reconoce la soberbia que me acreditan. Pionero del cálculo científico, he trascendido el mundo de la navegación aérea con la denominación E6B o “computador de vuelo”. Mi universo es variado pero preciso. En mi lado A y sobre mis discos fijo y giratorio de seis escalas cada uno, se calculan velocidades, tiempos y distancias de fórmulas físicas y unas armoniosas ventanas permiten discernir velocidades verdaderas, alturas de presión y de densidad, calcular regímenes de ascenso y descenso, convertir unidades de distancia, volumen y número Mach. En mi lado B, un disco giratorio contiene una bienaventurada Rosa de los Vientos y una tabla deslizante de alta y baja velocidad. Con un lápiz de fino trazo puede resolver problemas del viento en pleno vuelo diseñando el bien apreciado triángulo de velocidades para el cálculo de deriva. Tus problemas estarán resueltos si estás dispuesto a aceptar los valores numéricos que arroja, con insustituible precisión, la información que, ahora sí, humildemente doy a conocer.

El operador aéreo ha completado la cartilla de navegación VFR con esmerada y prolija disposición. Carta aeronáutica, Plotter y el E6B se manifiestan llenando los lugares cuadriculados del documento. Cuando la misión de vuelo culmine, su silencioso aporte será reconocido sin estridencias verbales.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *