Dicen que Churchil dijo :
_ «Jordania fue una idea que se me ocurrió en primavera, a eso de de las cuatro y
media de la tarde.”
El hecho es que en el mes de marzo de 1921, en apenas tres días, el ministro de
Colonias Winston Churchill y sus cuarenta asesores inventaron un nuevo mapa
del Medio Oriente y crearon dos países, los bautizaron, designaron a sus monarcas
y dibujaron sus fronteras con un dedo en la arena. Y fue llamada Irak la tierra abrazada
por los ríos Tigris y Eufrates, el barro de los primeros libros, y se llamó Jordania el nuevo
país amputado de Palestina.
Era urgente que las colonias cambiaran de nombre y fueran, o parecieran, reinos árabes.
Y era urgente, también, dividir esas colonias, romperlas: la memoria imperial lo había
enseñado así.
Mientras Francia inventaba el Líbano, Churchill otorgó a Feisal, el príncipe errante, la
corona de Irak ; y un plebiscito lo ratificó, sospechoso entusiasmo, con un noventa y
seis por ciento de aprobación.Su hermano, el príncipe Abdullah, fue rey de Jordania .
Ambos monarcas pertenecían a una familia incorporada al presupuesto británico, por
recomendación de Lawrence de Arabia.
Los fabricantes de países firmaron las partidas de nacimiento de Irak y de Jordania
en el hotel Semíramis, en El Cairo, y se marcharon a dar un paseo entre las pirámides.
Churchill se cayó del camello y se lastimó una mano.
Afortunadamente, la herida fue leve : el artista que Churchill más admiraba pudo seguir
pintando paisajes.
Eduardo Galeano. Espejos. Una historia casi universal.