Amo a Eustace a pesar de que me lleva cuarenta años, es totalmente mudo y no tiene ningún diente. Me da igual que Eustace esté completamente calvo –excepto los pelos esos que se le ven entre los dedos de los pies–, que cuando ande se le note la joroba y a veces se caiga en medio de la acera. Si cree que tiene que emitir uno de esos cortos sonidos agudos suyos como silbando, o si se le da por mordisquear con su boca sin dientes en el sofá o irse a dormir al jardín, yo lo acepto todo como cosas bastante normales. Porque le amo. A Eustace le amo porque es el único hombre del mundo al que no le importa que yo tenga tres piernas.
Tanith Lee (escritora inglesa de terror)