PICASSO Y WALT DISNEY (3) ¿Hay un lugar para la naturaleza en el mundo moderno?

Walt Disney, como Picasso, comenzó su vida laboral temprano, pero se enfrentó a una lucha más dura para ganarse la vida o para alcanzar el reconocimiento y el éxito. Pasó la mayoría de su niñez en una granja en una zona rural de Missouri y toda su vida disfrutó la observación y el dibujo de animales. Los movimientos y la forma de vida de los animales le daban gran placer, como sucedía con Durero, y a Disney –al igual que uno de sus mentores, Landseer- le gustaba adjudicarles toda gama de emociones humanas. Mientras que Picasso tendía a deshumanizar a las mujeres que dibujaba o pintaba, Disney antropomorfizaba sus temas animales; ésa era la fuente esencial de su energía y humor. Su familia no tenía dinero y su irascible padre era exigente, pero a pesar de esto, o debido a esto, Disney vio siempre a la familia como la unidad esencial en la sociedad y la única fuente de felicidad duradera. Cuando la granja fracasó, los Disney se mudaron a Kansas City, en donde su padre comenzó un negocio de distribución de periódicos e hizo que Disney trabajara muy duramente a toda hora. A los dieciocho años se ganaba la vida como caricaturista en un periódico. Pero él mostraba dos pasiones. En primer lugar, quería tener su propio negocio y ser su propio jefe; poseía el espíritu emprendedor norteamericano en grado inusual, y a los veinte ya había dirigido su propia empresa, había quebrado y había comenzado nuevamente. En segundo lugar, quería entrar en el arte o el oficio de la animación.

Como artista, Disney surgió de una inconfundible tradición del siglo diecinueve que incluía a Edward Lear y al gran dibujante Tenniel, que dibujaba para Punch e ilustró por primera vez Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol, creando la conocida imagen del Sombrerero loco, la Liebre de Marzo y la misma Alicia. Disney también pudo inspirarse en un enorme repertorio de ejemplos de las tiras cómicas de los periódicos, conocidas como “comics” en Inglaterra y como “funnies” en Estados Unidos.

Para Disney la animación sin sonido estaba muerta y la naturaleza y la calidad del sonido eran la clave del éxito. Pero inicialmente la dimensión del sonido lo desconcertó. Como así también la falta de capital. Los florecientes circuiros del cine compraban dibujos animados solamente en series, a menudo, doce o veinte, considerando que los aficionados al cine tenían que acostumbrarse a ellos, y Disney vivía precariamente. Cinco dólares era mucho dinero para él y a menudo tenía que pedir prestado efectivo. Pero consiguió mantenerse al día con lo que era una tecnología en plena evolución, tanto en animación como en fotografía en movimiento. Había compañías que producían versiones animadas de personajes de historietas. En 1917, Max Fleischer, famoso por su serie Félix el gato, hizo la primera película que combinó la fotografía en movimiento de actores con personajes de dibujos animados. Disney mismo utilizó esta combinación en 1923, cuando hizo Alicia en dibujolandia, presentando a una niña de ocho años, Margie Gay.

La compañía inicial de Disney, la Laugh-O-Gram Corporation, hizo cortometrajes animados, películas de animación con fotografías y cortos publicitarios con dibujos animados. Pero aunque Disney tenía su propia cámara de filmación, comprada a crédito, y dinero prestado, entró en bancarrota. Sus contactos con los estudios de noticias lo persuadieron de que tenía que establecerse con una nueva empresa de producción en Hollywood. Entonces vendió su cámara y con los ingresos se compró un boleto a Hollywood, viajando en el famoso tren Californian Limited, en julio de 1923, con 40 dólares como capital.

Los inicios de los años veinte, llenos de esperanza y osadía, fueron un periodo clásico para la empresa libre norteamericana, y para cualquier persona interesada en las artes. Pero Disney pasó un tiempo muy difícil tratando de conseguir trabajo de cualquier tipo en cualquier industria cinematográfica, caminando de estudio en estudio y pidiendo dinero prestado para comer. Volvió a hacer dibujos animados. Utilizó su muestra de Alicia para hacer una serie. Producía películas de dibujos animados, dirigía y filmaba él mismo, y luego se sentaba a dibujar la animación. La primera película le costó 750 dólares por todo concepto, y la vendió al “este” (es decir a un sindicato de Nueva York) por 1.500 dólares, su primera verdadera ganancia.

Tenía un contrato para una docena de películas, e hizo las primeras seis completamente por sí mismo. Las envió a Ub Iwerks en Kansas City, y luego lo persuadió para que lo ayudara en la animación. Disney también contrató a otro dibujante, Tom Jackson. Él dibujaba los contornos iniciales y sus dos ayudantes los rellenaban. Luego, gradualmente, les dio a sus ayudantes escenas enteras que hacer, pero insistía en que el dibujo tuviera el estilo distintivo de Disney, que se convirtió, y aún perdura hasta estos días en su sello.

Así como Picasso en París, pasó de una fase a otra, para abastecer el apetito insaciable del mundo del arte por las ideas. Disney tuvo que adaptar y cambiar su forma de hacer dibujos animados. Disney inventó un conejo llamado Oswald, que era todo dibujo animado, con las orejas largas, pies largos y un pequeño pompón como cola. Fue un éxito, pero Disney encontró que una vez que sus cortometrajes adquirían reputación, otros estudios, más grandes y con más capital, trataban de caer sobre su personal y de robar sus animadores ofreciéndoles más dinero. Pudo frustrar este proceso inventando un nuevo personaje. El resultado fue un ratón al que llamó Mickey. La esencia del ratón Mickey era que inspiraba afecto. El genio de Disney radicaba en que él podía lograr que las personas, especialmente los niños, amaran sus creaciones. Utilizaba dieciséis dibujos para que Mickey se moviera una vez; para sobrepasar a sus competidores, la animación se hacía más compleja. Cerca de 14.400 dibujos entraban en un cortometraje de diez minutos. Cuando apareció en cine sonoro saltó de alegría, porque siempre había creído que el sonido era la verdadera tercera dimensión de la película de dibujos animados.

La primera película sonora en la que aparece el ratón se llamó Willie, el bote a vapor y fue presentada a principios de 1928. Fue un éxito enorme, no sólo debido al triunfo técnico de la animación sincronizada de Disney, sino también por la ingeniosidad con que Disney logró que el ratón produjera ruidos. Como Durero, que efectivamente inventó el arte de los impresos ilustrados, Disney había inventado los dibujos animados sonoros, una combinación del dibujo imaginativo, la escritura y la ciencia de la ingeniería. Era, y aún es, un ejemplo maravilloso de creatividad, el nacimiento de una nueva forma de arte.

Próximo 4ta. Entrega: Proyección de Disney como creador

 

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