UNA DEFINICIÓN DE PERIODISMO

El buen periodismo es siempre agresivo, aunque esté de acuerdo con las cosas, aunque esté dando su consentimiento o su bendición. El periodista que describe los fenómenos vitales diciendo siempre que sí y mostrando su conformidad resulta aburrido y poco convincente. En cualquier caso, el público del circo espera que las bestias despedacen a todo pagano o cristiano que se atreva a entrar a su territorio. Cada tarde, entre las seis y las siete, yo empezaba a olfatear sangre, a ver por todas partes manipulaciones y traiciones, abusos e injusticias, “trampas de la burocracia”, actos de corrupción de los pudientes, infidelidades y malas intenciones de las mujeres. Descubrí que mi actitud y mi comportamiento eran los típicos del “periodista comprometido” y comencé a sospechar que algo iba mal. Es verdad que el mundo estaba colmado de vilezas y sucias artimañas, pero a veces habría querido comprender lo que otros se contentaban con criticar y “destapar”… Se trata de una droga muy potente de la cual el escritor no debe abusar, pues las sospechas automáticas y la superioridad indiferente –que logran que el periodista “sepa con certeza” que sólo existen dos tipos de personas: aquellas sobre las que todavía no se sabe nada y las que ya están “descubiertas”- sólo llevan al escritor a transformarse en un fiscal que no puede dejar de acusar. Sí… a mi alrededor todos resultaban sospechosos…, y la verdad es que durante aquellos años fui testigo de una danza macabra: vi a gente aparecer, resplandecer y desaparecer sin dejar rastro; los ricos y los pudientes, los virtuosos y los criminales, los idiotas y los genios, todos desaparecían en las tormentas del tiempo. Hombres importantes, que invitaban a cenar a los más ilustres de la sociedad de bien, terminaban suicidándose o encerrados en la cárcel; los semidioses que hacían esperar a los más destacados representante en la antesala de sus despachos tenían que responder luego antes el juez: antes o después todos terminaban en las “páginas de los periódicos”, por eso observaba a todo el mundo como un posible caso para alguna noticia futura. Tal actitud es muy poco elegante, pero el periodismo, en la práctica, se resume en eso…

 

                                                                                                                                  Sándor Marai

                                                                                                                       “Confesiones de un burgués”

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