Bostezaba, tímidamente, todavía el año cuando Puerto Fraga volvía a nacer. Renacía lentamente porque la primavera se frotaba las manos prontita para entrar y ya se empezaba a sentir, cada vez más fuerte, el aroma a los claveles. Entonces, todo el mundo recordaba porque se llamaba Fraga, porque esa fragancia […]