La niña tropezaba y lloraba; lloraba y tropezaba; gemía y lloraba; tropezaba y gemía. De sus ojos ya no fluían lágrimas; de sus ojos solo brotaban ríos de pena. Y la sorbía y la sorbía, con el ruido de la niñez, porque pañuelo no llevaba. A veces se pasaba la […]