Pejerreyes – Instrumento de Precisión

Prologo con Pejerreyes

El Club de Pescadores Montevideo, del cuál fui socio durante veinte años, es un lugar idílico.

Permanece escondido en un meandro de la Rambla  cubierto por transparentes, hibiscos, algunas palmas, y un hermoso ombú, hoy ya muy crecido, que yo mismo planté, sin mucha esperanza de que sobreviviera, cuándo era apenas una varita que no me llegaba a la cintura.

Tres muelles rotundos de piedra mora lo hicieron famoso. Viejos almanaques, hoy olvidados,  replican el dibujo que le hiciera Pierre Fossey cuándo solo era un refugio de pescadores de fin de semana.

Contrariamente a lo que suele ocurrir con instituciones similares el predio permanecía, razonablemente libre de ratas. La abundante fauna gatuna era la responsable del éxito alcanzado. Nunca faltaron socios molestos por lo que consideraban un exceso de felinos, gordos y lustrosos, alimentados exclusivamente de carne blanca, muchas veces todavía coleteando, desechada por los pescadores cuándo hacían la exigente selección de sus capturas.

Los pejerreyes no faltaban nunca en la dieta diaria. Se pescaban fácilmente desde los muelles y era, sin dudas, el más popular de los peces.

Quizás por eso, “ El Pejerrey”, era el nombre del Boletín del Club, que se publicaba cuándo se podía o se quería. Convengamos que los socios no eran, en su mayoría, lectores exigentes ni los eventuales articulistas, pretendían ser otra cosa que modestos rapsodas de una actividad que amaban.

El Boletín tuvo, sin embargo, una breve época de gloria cuándo consiguió interesar a buena parte de la masa social con artículos que excedían los habituales comentarios sobre el inagotable y aburrido mundo de la pesca.

De aquella hermosa e inolvidable época rescato este cuentecillo que nunca llegó a publicarse con la esperanza de que algún editor le haga justicia.

Catalogado de cruel por sus claras referencias a socios menores de edad sometidos a una inconcebible y horrible tortura, el responsable del libelo sufrió la censura y  el inmediato destierro intelectual por parte de sus amigos, quienes, justo es reconocerlo, lamentaron, contritos, haber tenido que tomar esa resolución.

Después lo despidieron con un abrazo.

Elbio Firpo

Octubre 15 de 2016

INSTRUMENTO DE PRECISIÓN

«Dejad que los niños vengan a mi»

 

La instalación del “Diluctor de Infantes” en  el sollado de nuestra Institución hace realidad una vieja aspiración de la masa social. La avanzada tecnología de este complejo instrumento de precisión  coloca al “Pescadores de Montevideo” a  la vanguardia de los clubes deportivos del Uruguay.

La preocupación manifestada por algunos padres llevó a la Comisión Directiva a definir más exactamente el funcionamiento del Diluctor, su capacidad de procesamiento y la posterior utilización del diluido producto resultante.

En primer término el “Children Diluctor” Mod. Am-6544- Made in Usa-2002 es absolutamente indoloro y nada tiene que ver con el anticuado “Picateur des Enfants” de origen francés que era, en buen romance, una “tres en uno” gigante, tan promocionada por la firma “Moulinex”, donde el procedimiento era decididamente más cruento y el ruido de su motor insoportable.

El “Children Diluctor” es totalmente silencioso con un selector musical que podrá acompañar el proceso de dilución  de acuerdo al gusto de los papás o, porque no, también del elemento a ser industrializado.

La atractiva presentación del aparato en colores brillantes y su formato con la simpática figura del oso Yogui facilitan sensiblemente la primera etapa del proceso ,esto es, la ubicación del procesante en el interior de la máquina. Su capacidad, cuarenta kilos de peso vivo, lo hace especialmente apto para especímenes de hasta nueve años.

Otra ventaja adicional  del Diluctor es la utilización del producto diluido como alimento de pejerreyes en las piscinas de Trouville, sede de nuestra “Escuela de Pesca”, significando un sustancial ahorro en la sustitución de la costosa carnarina.

Nuestra Comisión Directiva, extremadamente sensible, integrada , entre otros, por profesionales altamente calificados, ha donado una pecera de clonación transgénica que conectada al diluctor, permiten reconocer en los peces los rasgos más resaltables del producto transformado. De tal forma, en casos excepcionales de sentimientos de culpa o momentáneos raptos de arrepentimiento, con solo acercarse a la pecera transgénica podrán descubrir en las gráciles estructuras de los peces, el rasgo previamente elegido. Un par de ojos azules en una tararira, aquellas orejitas algo desproporcionadas en las branquias salientes de un sargo o las paletitas dentarias ligeramente separadas , en la boca de un bagre amarillo.

Con el AM-6544 se cumplirá el círculo natural  donde nada se destruye y todo se transforma. Y en tanto recuperamos el trino de los pájaros en las amanecidas del “Montevideo” y el anhelado silencio de nuestros magníficos crepúsculos.

Un imperceptible zumbido eléctrico proveniente del sollado nos hará sentir inmensamente felices.

 

Elbio Firpo. Febrero del 2003

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