De ancestral linaje como sello indeleble para reinar sobre sus congéneres. Inventada para guiar a la humanidad sobre los rumbos certeros que la Rosa de los Vientos señorea en el universo de los navegantes aéreos. Ocupa un pedestal, domina el panorama que se ofrece sobre el angustiado piloto que intenta ser leal al rumbo magnético. Perturbadoras aceleraciones le imprimen un bamboleo en el mar de su viscoso habitáculo, unos instantes más deja su provocada inestabilidad para, nuevamente, marcar obstinadamente el curso que hunde su imaginaria línea sobre el haz de la tierra. Oh! Ventura la del hombre cuando descubrió las poderosas líneas que emanan de los polos magnéticos y dibujan sinuosas trayectorias en el mapa que hace inteligible su naturaleza. Ella permanece en un silencio majestuoso, el de las grandes creaciones humanas, sobrevivirá al tiempo por su científica dialéctica.