Instrucciones para dar cuerda a un robot. Eva Díaz Riobello.

Pásele suavemente la mano por la película de piel que lo recubre, dándole calor. Deje que su vello se erice con el cosquilleo de los dedos, sople en el hueco de su oreja, esa caracola rosada y tierna que tienen en la parte superior; acerque algo dulce y especiado a su cavidad olfativa: piel de naranja, canela o clavo, tal vez una flor exótica dé buen resultado.

Luego acaricie sus labios con la lengua, muérdalos con delicadeza si es necesario, e intente que el contacto sea intenso, que dure uno o varios minutos, que corte la respiración, que cause un estallido de electricidad potente para que su corazón se ponga en marcha.

Si es así, pronto sentirá las palpitaciones en la caja torácica del robot, un golpeteo rítmico, casi un murmullo, y entonces sus ojos le enfocarán, puede que incluso emitan un brillo húmedo, pero no mire directamente a sus pupilas.

No mire, o corre el riesgo de sentir.

No importa qué.

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