Un buen día, la alcaldía le encargó un gran caballo para una plaza de la ciudad. Un camión trajo al taller el bloque gigante de granito. El escultor comenzó a trabajarlo, subido en una escalera a golpes de martillo y cincel. Los niños lo miraban hacer….
Los niños partieron de vacaciones, rumbo a las montañas o al mar; cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado.
Uno de los niños, con los ojos muy abiertos le pregunto:
… pero como sabías que dentro de aquella piedra había un caballo?.
Eduardo Galeano