Durante el último cuarto del siglo XIX se produjeron en nuestro país las primeras inversiones extranjeras, sobre todo británicas: la fábrica Liebig en Fray Bentos (producía carnes enlatadas y extracto de carne), el Banco de Londres y luego vendrían las primeras líneas de ferrocarril (a partir de 1869) cuyo monopolio aseguraba a los ingleses grandes ganancias, y la inversión en servicios públicos como aguas corrientes, el gas, el telégrafo, el teléfono, y compañías de seguros, entre otros.
Los extranjeros aseguraban sus ganancias mediante una rentabilidad mayor que la que podían obtener en su país de origen. Historiadores, intelectuales (sobre todo de izquierda) y líderes de opinión, han llenado ríos de tinta sobre la explotación colonial por parte del Imperialismo.
Si bien las inversiones significaron progreso, todo lo comentarios contribuyeron poco a poco a fomentar dudas acerca de los beneficios que acarreaba al Uruguay el capital extranjero.
El slogan “No al Imperialismo” ha sido una muletilla constante en cuanta reivindicación gremial y populista aparece desde muchísimos años. Dentro de pocos días, hoy en 2017, el PIT –CNT realiza un acto contra el “avance del Imperialismo” con el invitado Lula Da Silva.
Durante el gobierno de Jorge Battle se firmó un acuerdo para la instalación de la primera papelera: Botnia, hoy UPM. El Frente Amplio y el PIT CNT la rechazaron. Los legisladores frenteamplistas – entonces en la oposición – votaron negativamente el acuerdo de inversiones con Finlandia. Las objeciones eran claras: extranjeros que vienen a sacarnos la riqueza, a destruir nuestro medio ambiente, a explotarnos: avance del imperialismo.
El entonces candidato a Presidente Dr. Tabaré Vazquez, en campaña electoral pronunció un discurso en Minas de Corrales (5 de junio de 2004) donde advertía a uruguayos y uruguayas:
“…Y lo otro que produce la destrucción del medio ambiente es la destrucción de fábricas, o la producción de determinados elementos que el mundo desarrollado sabe que producen destrucción del medio ambiente y entonces para no destruir su medio ambiente y sabiendo de las necesidades de los países más pobres con su gente empobrecida nos traen acá inversiones en industrias que destruyen el medio ambiente que es nuestro, porque ellos no quieren destruir el suyo”.
“… El país necesita inversión, necesita dinero, es innegable, necesita emprendimientos para generar fuentes de trabajo dignas. Es imperiosa la reactivación de la economía. Nos negamos a que nuestros hijos sean esclavos de las multinacionales, y menos aún que las multinacionales generen con nuestra agua, nuestra tierra, sus cuantiosas sumas de capitales que como golondrinas se establecen en otras fronteras….
“…Miren si nos íbamos a imaginar que las nuevas formas de colonizar iban a ser instalándose en nuestros propios territorios produciendo con nuestra propia tierra y nuestra agua el papel de embalaje de mercados europeos y mercados americanos”.
Ahora el Frente Amplio es gobierno y el Dr. Tabaré Vázquez Presidente. Ruega por las inversiones extranjeras y se arrodilla suplicando a UPM que instale su tercer papelera. Para ello ni siquiera duda en entregarlo todo, “hasta las joyas de la abuela”.
Ahora esto no es “imperialismo”. El Imperialismo que avanza es otra cosa, no sabemos qué.
Porque lo único cierto es que el gobierno reza porque vengan y el PIT CNT “mutis por el foro”.