Encontré el número de teléfono de Marta en una vieja agenda que estuve a punto de tirar. Rodeado de renglones tachados con fúnebres reminiscencias el suyo permanecía indemne. Nos habíamos conocido en el club de pesca que frecuentáramos treinta años atrás. Mi acendrada agorafobia de cincuentón divorciado solo me permitía […]