La Iglesia Católica inventó el infierno y también invento al Diablo.
El Antiguo Testamento no mencionaba esa parrilla perpetua, ni
tampoco aparecía en sus páginas este monstruo que huele a
azufre, usa tridente y tiene cuernos y rabo, garras y pezuñas, patas
de chivo y alas de dragón.
Pero la Iglesia se preguntó: ¿Que será de la recompensa sin el castigo?
¿Que será de la obediencia sin el miedo?
Y se preguntó: ¿ Que será de Dios sin el Diablo? ¿ Que será del bien
sin el mal?
Y la Iglesia comprobó que la amenaza del Infierno es más eficaz que
la promesa del cielo, y desde entonces sus doctores y santos padres
nos aterrorizan anunciándonos el suplicio del fuego en los abismo donde
reina el Maligno.
En el año 2007, el papa Benedicto XVI lo confirmó.
– “ Hay Infierno. Y es eterno «
Eduardo Galeano. Espejos. Una historia casi universal.