Prologo con Pejerreyes El Club de Pescadores Montevideo, del cuál fui socio durante veinte años, es un lugar idílico. Permanece escondido en un meandro de la Rambla cubierto por transparentes, hibiscos, algunas palmas, y un hermoso ombú, hoy ya muy crecido, que yo mismo planté, sin mucha esperanza de que […]