Lanzamientos publicitarios, operaciones de marketing . La opinión pública es el target. Las guerras
se venden mintiendo, como se venden los autos.
En agosto de 1964, el presidente Lyndon Johnson denunció que los vietnamitas habían atacado dos
buques de los Estados Unidos en el golfo de Tonkin.
Entonces, el presidente invadió Vietnam, lanzó aviones y tropas y su popularidad subió a las nubes
y fue aclamado por los periodistas y los políticos, y el gobierno demócrata y la oposición republicana
fueron un partido único contra la agresión comunista.
Cuando ya la guerra había destripado a una multitud de vietnamitas, en su mayoría mujeres y niños,
Robert Mcnamara, ministro de Defensa de Johnson, confesó que el ataque del golfo de Tonkin no
había existido.
Los muertos no resucitaron.
En marzo del año 2003, el presidente George W. Bush denunció que Irak estaba a punto de aniquilar
el mundo con sus armas de destrucción masiva, las armas más letales jamás inventadas
Entonces, el presidente invadió Irak, lanzó aviones tropas y su popularidad subió a las nubes.
Y fue aclamado por los periodistas y por los políticos, y el gobierno republicano y la oposición demócrata
fueron un partido único contra la agresión terrorista.
Cuando ya la guerra había destripado a una multitud de iraquíes, en su mayoría mujeres y niños, Bush
confesó que las armas de destrucción masiva no habían existido. Las armas letales jamás inventadas
habían sido inventadas por él.
En las elecciones siguientes, el pueblo lo recompensó reeligiéndolo.
Allá en la infancia, mi mamá me había dicho que la mentira tiene patas cortas. Estaba mal informada.
Eduardo Galeano. Espejos. Una historia casi universal.